MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Europa deberá cambiar su política energética para frenar al presidente ruso Vladimir Putin, un cambio que no consistiría tanto en detener las importaciones de gas y petróleo de Rusia, sino en que los miembros de la OTAN llevasen a cabo una política energética que tuviera un impacto negativo en el país, según un informe de XTB.
Esta situación se produce tras el inicio de los ataques de Rusia a Ucrania. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha anunciado hace apenas unas horas “una operación militar” en la región del Donbás tras la solicitud de ayuda militar por parte de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk y en mitad del Consejo de Seguridad de emergencia que se celebra en Nueva York.
Así, varias explosiones han sacudido distintas ciudades de Ucrania, tropas rusas han desembarcado en Odesa y se han producido bombardeos de artillería en la frontera tras el anuncio por parte del presidente ruso.
La lista de sanciones anunciadas por Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Canadá, Japón y Reino Unido es larga, aunque XTB advierte de que la mayoría no tendrán un impacto material en la economía rusa, como las sanciones personales de la UE a los parlamentarios rusos o la prohibición estadounidense de invertir en Donetsk y Lugansk.
La certificación Halt of Nord Stream 2 es la sanción más importante de la lista, pero como Alemania no descartó abandonar por completo el proyecto “no se puede descartar que tarde o temprano se levante el alto”, según el bróker.
También se han impuesto sanciones a los bancos rusos, pero estas no han ido dirigidas a los principales prestamistas estatales: Sberbank o VTB Bank.
“Hasta ahora, las sanciones no han sido tan severas y se puede observar algún tipo de alivio en los mercados financieros. Los inversores ven la situación como una repetición de la de 2014, cuando las sanciones tuvieron poco impacto y a Rusia se le permitió quedarse con su botín de guerra”, señala XTB.
De esta forma, XTB incide en que si Occidente quiere detener las ambiciones de Putin, tendría que ir más allá de las sanciones ya anunciadas, pero esas acciones más severas contra Rusia también tendrían un impacto negativo en los países que las imponen.
Detener las importaciones de energía de Rusia sería el mayor golpe para la economía rusa, un movimiento que “ni siquiera se está considerando”.
“La Unión Europea tiene más miedo de que sea Moscú quien decida detener las exportaciones de energía a la UE, elevando aún más el precio de la energía en Europa”, destaca XTB. Esta es también la razón por la que la UE es reacia a imponer sanciones al acceso de Rusia al sistema de pagos SWIFT.
En el caso de que Estados Unidos prohíba las ventas de tecnología a Rusia, el país podría invertir en tecnología china, en tanto que si se sanciona a los bancos más grandes, podrían verse afectadas las inversiones occidentales en Rusia.
El Viejo Continente no puede detener las importaciones de energía de Rusia, pero los países de la OTAN sí pueden llevar a cabo una política energética que tendría un impacto negativo en Rusia.
XTB destaca el impacto que las sanciones impuestas tras la anexión de Crimea tuvieron en la economía rusa, que produjeron una fuerte caída de los ingresos energéticos del país entre 2015 y 2017.
Cabe señalar que la política climática debería ser negativa a largo plazo para Rusia, pero es positiva a corto plazo, ya que conduce a una menor producción en los EEUU y una mayor demanda en Europa.
A largo plazo, Estados Unidos debe apoyar su propio sector petrolero, así como el sector petrolero de países aliados como México o Brasil, y llegar a un acuerdo con Irán lo más rápido posible, según el informe.
Europa debería actuar para reducir su dependencia de las importaciones energéticas rusas: “No se pueden imponer sanciones efectivas a Moscú si no se dirigen a las exportaciones energéticas rusas”, advierte el bróker.
De no ser así, XTB cree que “es posible que nunca se satisfaga el hambre rusa de más tierras”, con lo que el riesgo de una mayor escalada pesará sobre los mercados y puede elevar aún más los precios de los combustibles.