La recuperación de la crisis tras la pandemia supone la oportunidad de aplicar un enfoque “PIB+” a las políticas implementadas, con el fin de ir más allá de las métricas de crecimiento tradicionales e incorporar a la fortaleza de la reactivación económica la calidad de la misma, según han señalado durante un seminario en Madrid, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); Mathias Cormann, y el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.
“Las estrategias de recuperación son una oportunidad única de aplicar una lente ‘PIB+’ a las políticas, enfocándose también a la calidad y no solo a la fortaleza de la recuperación”, ha señalado Cormann durante su intervención en el acto organizado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, en el que también ha tomado parte la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglizt y la economista jefe del Banco Mundial, Carmen Reinhart.
En este sentido, el Nobel de Economía de 2001 ha defendido que el PIB “no es un buen método de medición de la economía”, ya que sus métricas no ofrecen datos acerca de las vulnerabilidades y la sostenibilidad del crecimiento.
“Las métricas dan forma a nuestro pensamiento y si están póbremente elaboradas pueden socavar la confianza (…) Unas buenas métricas nos pueden ayudar a saber qué políticas pueden funcionar mejor”, ha añadido.
En este sentido, Mathias Cormann ha asegurado que el desafío de las instituciones y gobiernos consiste en optimizar y reforzar la calidad de la recuperación para aprovechar mejor las oportunidades que ofrecen cuestiones como la revolución digital o la implementación del acuerdo internacional sobre tributación global.
De su lado, el comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, ha coincidido en señalar que la recuperación de la crisis de la Covid-19 representa una gran oportunidad para implementar una agenda más allá del PIB.
En este sentido, el italiano ha recordado que el PIB no recoge la desigualdad ni tiene en cuenta la sostenibilidad ambiental, aunque ha reconocido que, pese a sus límites, ha sido empleado de índice relativamente fácil de entender y comunicar, que se computa de acuerdo con estándares internacionales, lo que lo hace ideal para comparar.
“Se trata de cómo podemos lograr una métrica para el tamaño de la economía y de cómo podemos complementarla con indicadores que den información debate sobre la asignación sostenible de recursos”, ha explicado.
“Es una larga discusión, pero en cierta medida es ahora o nunca”, ha afirmado.