La economía de Estados Unidos disminuyó un 1,4% en el primer trimestre. Es la primera rebaja desde mediados de 2020 y supone un brusco retroceso para una economía que venía de obtener su mejor rendimiento desde 1984. Los datos del Departamento de Comercio son peores de lo esperado. Han sido muchos los factores que han contribuido a este dato.
El crecimiento durante los tres primeros meses de 2022 cayó en picado tras el aumento del 6,9% con el que se cerró el año pasado. El aumento de las infecciones de omicron al comenzar el año obstaculizó la actividad en general, mientras que la inflación, que alcanzó un nivel no visto desde principios de los años ochenta, y la invasión rusa de Ucrania también contribuyeron al estancamiento económico. Los precios aumentaron fuertemente durante el trimestre, con un IPC del 7,8% en el periodo.
Aunque las expectativas de recesión en Wall Street siguen siendo bajas, hay más problemas por delante: en un esfuerzo por combatir la creciente subida de precios, la Reserva Federal planea promulgar una serie de subidas de tipos destinadas a frenar aún más el crecimiento.
El mercado espera 10 movimientos de los tipos de interés de un cuarto de punto, lo que llevaría el tipo de interés de referencia de la Reserva Federal a cerca del 2,75% a finales de año. Aunque los economistas siguen esperando en gran medida que EE.UU. evite una recesión total, los riesgos están aumentando. Todo ello se produce después de un año en el que el PIB aumentó a un ritmo del 5,7%, el más rápido desde 1984.