Ha firmado un contrato con OHB Italia, empresa encargada de esta misión
BILBAO, 23 (EUROPA PRESS)
Sener ha firmado un contrato con OHB Italia, líder de la misión, como contratista principal para diseñar y fabricar la cápsula espacial que será lanzada desde la nave de OHB Itali y que se encontrará, por primera vez en la historia, con un cometa recien formado, según ha informado la compañía vasca en un comunicado.
En concreto, la misión Comet Interceptor, de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo lanzamiento está previsto para 2029, visitará por primera vez un cometa que no ha entrado antes en el sistema solar.
Según ha explicado el responsable de Desarrollo de Negocio de Sener, Demetrio Zorita, dicho tipo de cometas mantiene sus propiedades físicas y químicas inalteradas desde su origen al no haberse acercado aún al Sol, por lo que son de “gran interés científico”.
Sener ha firmado un contrato con OHB Italia, líder de la misión, como contratista principal para diseñar y fabricar la cápsula espacial que será lanzada desde la nave de OHB Italia. Sener liderará un consorcio industrial de más de ocho compañías procedentes de seis países.
El grupo de ingeniería y tecnología Sener ha sido elegido responsable del diseño y fabricación de la sonda de la misión de ciencia espacial Comet Interceptor, de la Agencia Espacial Europea (ESA) en cooperación con la Agencia Espacial Japonesa (JAXA).
Como contratista principal para el diseño y construcción de la sonda espacial -que será transportada desde la nave espacial de OHB Italia-, Sener liderará un consorcio industrial formado por más de ocho empresas de seis países, expertas en el ámbito aeroespacial, como OHB Italia, SAFT Francia, MSC Canadá, Euro-Composites Luxemburgo e Iberespacio de España.
La cápsula de Sener tendrá algo más de medio metro de diámetro, algo menos de un metro de altura y pesará, aproximadamente, 40 kilogramos. Se lanzará hacia el cometa desde una astronave de OHB Italia, responsable de la misión, y sobrevolará el núcleo del cometa a pocos cientos de kilómetros de distancia, realizando observaciones científicas de plasma, magnetismo y radiación en diversos espectros visible e infrarrojos, mientras que la astronave permanecerá segura mucho más alejada de éste.
“La misión tiene enormes desafíos tecnológicos, siendo quizá el más difícil sobrevivir al hostil entorno de partículas alrededor del cometa con severas limitaciones en la masa y potencia disponibles”, ha apuntado el director del proyecto en Sener, José María Fernández Ibarz.