ALMERÍA, 20 (EUROPA PRESS)
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha señalado este jueves la modernización de regadíos junto con el uso de otras aguas no convencionales como regeneradas o desaladas como posibles alternativas para mantener este modelo de producción ante la posibilidad de que en los próximos años haya una menor disponibilidad de recursos hídricos, lo que en cualquier caso no debe conllevar una minoración de cultivos.
“La solución no es dejar de producir”, ha afirmado el ministro a preguntas de los medios durante un acto celebrado en Almería donde ha presidido la firma del convenio del proyecto complementario a la modernización de regadíos de la Comunidad de Usuarios de Sierra de Gádor, con una inversión de 30 millones de euros.
Planas ha rechazado “falsas polémicas” en cuanto al uso de los recursos hídricos que realizan los regantes ya que, a su juicio, “nadie riega sin un título de riego, sin una concesión o autorización administrativa” que avala el uso de una determinada cantidad de agua, si bien ha incidido en que es preciso “ser muy eficientes en la utilización de cada gota”.
“En este contexto de cambio climático que tenemos que admitir, con precipitaciones cada vez más escasas y con recursos hídricos muy limitados” es “obligación modernizar nuestros regadíos, y en eso estamos inmersos en este momento”, ha expresado durante su intervención Planas, quien ha recordado la situación de los embalses al situarse, de media, en el 31,4% de su capacidad.
Para ello, ha afirmado que España tiene, junto con Israel, “las mejores tecnologías de agua del mundo”, que han de ponerse en práctica al tiempo que el empleo de las renovables deben ser complementarias para reducir costes energéticos. “Hay muchas posibilidades de cara al futuro, con aguas no convencionales, regeneradas, que son más costosas, e incluso desaladoras”.
El ministro ha defendido el papel de la agricultura española, como “huerta de Europa” en un momento “tan difícil como este” en el que, dentro del contexto de crisis energética y de conflicto bélico en Ucrania, se provee de frutas y hortalizas frescas a buena parte de países europeos; si bien el objetivo es alcanzar una “sostenibilidad competitiva”. “No hay sostenibilidad si no hay rentabilidad”, ha dicho.
De igual modo, ha manifestado durante su intervención que el regadío es una “actividad económica, es agricultura moderna y tecnificada, y es una herramienta clave para propiciar el relevo generacional, tan necesario para el conjunto del sector agrario”, toda vez que “permite mantener vivos nuestros pueblos, fija población en el territorio y aumenta las posibilidades de emprendimiento y generación de riqueza”.
El ministro ha puntualizado que, en el marco del Plan de Recuperación, las inversiones en regadío en los próximos años van a generar “la necesaria transformación del modelo de producción agrario”, ya que la digitalización va a permitir una gestión “óptima y precisa” de cada gota de agua, algo que resulta “fundamental” en un contexto de cambio climático, con precipitaciones “cada vez más escasas y unos recursos hídricos limitados”.
Planas ha reiterado que “el Gobierno está inmerso en la tarea de transformar y modernizar nuestros regadíos para alcanzar la sostenibilidad competitiva”, es decir, “producir más con menos recursos, al tiempo que se conserva la biodiversidad y el paisaje y se garantiza la rentabilidad y competitividad de las explotaciones”.
2.130 MILLONES HASTA 2027
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación va a impulsar en el periodo 2021-2027 actuaciones para la modernización y transformación en regadíos por valor de unos 2.130 millones de euros, procedentes del convenio ordinario entre el ministerio y Seiasa, del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), del Perte Agroalimentario y de las aportaciones de las comunidades de regantes.
En este ámbito, ha recordado que recientemente se firmaba en Madrid el convenio de colaboración para la ejecución de la segunda fase del programa de mejora de la eficiencia y sostenibilidad en regadíos incluido en el PRTR, con una inversión pública prevista de 303 millones de euros para financiar un total de 40 actuaciones en 15 comunidades autónomas.
En total, el Plan de Recuperación incluye una financiación total de 563 millones de euros previstos hasta 2026, que, con la cofinanciación de las comunidades de regantes, superarán los 700 millones de euros para acometer un total de 82 actuaciones.
Andalucía es la comunidad autónoma que más actuaciones tiene incluidas en el Plan de Recuperación en materia de regadíos, con un total de 17 (13 en la Fase I y 4 en la Fase II), y un presupuesto estimado de 123,5 millones de euros, lo que representa casi un 18 por ciento de todo el plan.
En total, 10 de las 17 actuaciones de las dos fases se van a desarrollar en la provincia de Almería, con un presupuesto de cerca de 88 millones de euros, lo que representa un 71% del volumen inversor programado en Andalucía.
ACTUACIÓN EN EL PONIENTE ALMERIENSE
Planas ha detallado el proyecto complementario a la modernización de regadíos de la Comunidad de Usuarios de Sierra de Gádor, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Fase II), suscrito entre el presidente de la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), Francisco Rodríguez Mulero, y el presidente de esta comunidad de usuarios, Andrés Cuadrado.
El proyecto cuenta con una inversión de 30 millones de euros, de los que 15,9 millones se formalizan con el convenio firmado hoy y los 14,1 millones restantes están contemplados en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023 y se incorporarán en el primer trimestre del próximo año.
Para el ministro, se trata de “una cantidad muy relevante que permitirá acometer la necesaria transformación del regadío almeriense en una agricultura más moderna, competitiva y rentable”.
Las obras beneficiarán a 4.500 agricultores y agricultoras en los términos municipales de El Ejido, Vícar, Roquetas de Mar, La Mojonera, Dalias y Berja, todo ellos en la provincia de Almería y afectarán a una superficie de 9.000 hectáreas que se destinan al cultivo de pimiento, tomate, calabacín, berenjena, pepino, melón y sandía, entre otros.
Para el ministro, estas obras “van a suponer un antes y un después, no solo para los agricultores de estos territorios, sino para el conjunto de estos municipios, porque el agua es vida y desarrollo económico”.
El proyecto contempla la instalación de placas fotovoltaicas para el tratamiento y bombeo del agua en las estaciones de la comunidad de usuarios y la construcción de una planta desalobradora de agua, con posterior cristalización de la salmuera y valorización de los residuos.
También se van a construir varios embalses de acumulación de agua, para optimizar energéticamente el sistema, y se van a acondicionar los ya existentes y los pozos de suministros.
El ministro ha destacado que estas infraestructuras tienen “un alto componente estratégico”, por su capacidad de abaratar el coste de la factura eléctrica y, sobre todo, de lograr mayor independencia del suministro. Además, pondrán a disposición de los usuarios nuevos recursos hídricos en esta zona, en la que la rentabilidad económica de cada metro cúbico de agua es tan significativa.
Tras la firma del convenio, el ministro ha visitado la zona regable de la Comunidad de Usuarios Sierra de Gádor, donde ha podido conocer la zona ya modernizada, así como la zona donde se desarrollará la obra a ejecutar mediante el convenio firmado.