Analizamos la situación de los mercados con Pablo García. Director de Divacons Alphavalue
En un contexto en el que los Bancos Centrales de las grandes economías del planeta afrontan una semana de vértigo. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se reúne en seis días, y en los días posteriores les llegará el turno al Banco Central Europeo (BCE), al Banco de Inglaterra y al Banco de Japón. Los mercados financieros esperan con la máxima atención el mensaje que van a lanzar sobre las políticas monetarias desplegadas para atajar la fuerte crisis económica desatada por el Covid 19.
Las dos variables que centran la atención de los grandes bancos centrales son la evolución de la última variante de coronavirus, ómicron, y el control de la inflación, que se ha disparado tanto en Estados Unidos como en Europa.
El mandato de la Fed le obliga a controlar tanto el alza de precios como a promover el pleno empleo. Su máximo responsable, Jerome Powell, que acaba de ser renovado en el cargo, ya anunció la semana pasada que la institución debía acelerar la retirada de estímulos, ante el riesgo de que una extensión de los programas de compras de activos contribuya a recalentar la economía estadounidense y a perpetuar la inflación. El último dato de IPC indica que los precios suben a una tasa interanual del 6,2%, un nivel no visto en 30 años.
La Fed ya acordó levantar el pie del acelerador para ir moderando su programa de compra de deuda. El temor para los inversores es que la retirada de estímulos sea demasiado rápida y afecte a la recuperación de la economía mundial, que ahora está bajo cuestión debido a las restricciones y confinamientos que ha obligado a adoptar la expansión de la variante ómicron.