MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Nextil, uno de los mayores grupos de la industria textil europea, elevó sus pérdidas un 33% en el primer semestre tras registrar unos ‘números rojos’ de 3,2 millones de euros, debido al impacto del cierre de la planta de El Masnou (Barcelona), según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras reexpresar sus cuentas de 2021.
Las ventas de la firma se situaron en los 25,3 millones de euros, lo que supone un incremento del 1,2%, ya que se han visto afectadas por tensiones en la cadena de suministro derivadas de la guerra en Ucrania y los confinamientos puntuales en China por la pandemia.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) del periodo es positivo tras alcanzar los 1,8 millones de euros, dato un 45% inferior respecto al del ejercicio anterior, debido a los gastos por la puesta en marcha de la nueva fábrica en Guatemala y al incremento del coste de las materias primas, la energía y el transporte, mientras que el resultado de explotación (Ebit) se situó en los 471.601 euros.
Nextil ha precisado que una vez entre en completo funcionamiento la nueva planta de Guatemala en 2023, se optimizará la estructura de costes respecto a los centros actuales del grupo, lo que impactará de forma positiva en la rentabilidad.
La deuda financiera neta de la compañía se ha reducido un 2,2% desde diciembre, hasta situarse en los 58,8 millones de euros.
Por unidades de negocio, en tejidos, EFA mejoró su presencia en el mercado a pesar de la falta de materia prima y, una vez trasladados el alza de las materias primas y la energía, le ha permitido obtener un Ebitda positivo desde junio.
En la categoría de prenda, a pesar de la ralentización de la demanda debido a la incertidumbre motivada por la guerra en Ucrania, se están desarrollando colecciones muy amplias para futuras temporadas y todos los indicadores apuntan a la progresiva recuperación en el sector del lujo y premium. Así, el margen Ebitda/ventas mejoró desde el 17,9% de 2021 al 18,2% en 2022.
Nextil ha señalado que ha recuperado la senda de la rentabilidad iniciada en 2019 aunque se vio frenada en 2020 por la pandemia, gracias a las medidas de eficiencia y la estrategia de negocio centrada en la creación de valor.
Así, en el primer semestre del año, el grupo decidió terminar la actividad de la fábrica de tejido de El Masnou (Barcelona) debido al incremento de costes en toda la cadena de valor y la dificultad de trasladarlo a los clientes europeos, así como por los problemas de calidad con algunos subcontratistas. Por todo ello, se ha planificado un cierre ordenado con el personal y los acreedores.
La compañía recuerda que este cese de actividad le permite enfocar los esfuerzos en aquellas actividades de mayor valor añadido, como el tintado sostenible con la técnica Greendyes, la unidad de negocio de prenda y la producción en Guatemala, así como rentabilizar aquellos artículos actuales que son deficitarios, obteniendo las máximas eficiencias en logística y distribución, con accesos arancelarios preferenciales.