MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La agencia de calificación crediticia Moody’s ha decidido elevar en un escalón el rating de Repsol como emisor a largo plazo, desde ‘Baa2’ a ‘Baa1’, al tiempo que ha decidido mantener la perspectiva en ‘estable’, según ha informado este martes en un comunicado.
“El incremento en el rating refleja la mejora en la rentabilidad de la cartera de ‘upstream’ y el uso del sólido flujo de caja generado durante un entorno de altos precios para pagar deuda, en combinación con el historial de la empresa de mantener y comprometerse a defender una sólida estructura de capital”, ha indicado el vicepresidente y analista de Moody’s Janko Lukac.
La calificadora espera que la volatilidad siga afectando a Repsol en términos de rentabilidad y generación de caja por ser una empresa cíclica. Además, debido a las iniciativas globales para limitar el impacto del cambio climático, estas dos variables serán “menos robustas” en el punto álgido de los ciclos y serán peores durante el resto del periodo.
No obstante, Moody’s ha alertado de que esto ocurrirá durante un periodo de varias décadas y que la baja base de costes en la cartera de ‘upstream’ de la compañía y su reducido nivel de deuda dan a Repsol una mayor flexibilidad para gestionar la volatilidad de precios y los riesgos.
Moody’s ha destacado que Repsol ha logrado rebajar su punto de equilibrio en términos de flujo de caja hasta los 40 dólares por barril, desde los 50 de hace un lustro. Además, estima que usará la caja que tiene de 9.700 millones más el pago por la venta del 25% de su cartera de ‘upstream’ a EIG Partners para acelerar las inversiones en transformar su perfil de negocio.
Asimismo, la agencia de rating también ha vaticinado que Repsol aumentará las retribuciones a los accionistas, ya que su política de reparto está ligada a la generación de caja de operaciones. No obstante, la estructura de capital será conservadora y en línea con su rating actual.
La perspectiva ‘estable’ viene justificada por estas dos características que mantiene Repsol ahora mismo: una elevada generación de caja en varios escenarios de precios de petróleo y unos elevados balances de efectivo que se emplearán en la remuneración a los accionistas y en invertir para convertir el negocio en uno de baja intensidad en carbono.
En todo caso, Moody’s ha alertado de que existe un “potencial limitado” para elevar el rating en los próximos años a no ser que la cartera de ‘upstream’ sea más grande, diversificada y rentable de lo esperado, que el negocio de baja intensidad en carbono contribuya abultadamente a los beneficios o mejore el perfil financiero.
Del lado contrario, si se deteriora el precio de equilibro de efectivo, no se reemplazan las reservas menguantes, aumenta el endeudamiento o no se logra un negocio rentable bajo en carbono, Moody’s podría considerar una rebaja de la nota crediticia.
SUBIDAS DE RATING
La mejora de la nota de Moody’s se produce después del incremento que también realizó la agencia S&P Global el pasado mes de noviembre, cuando situó el rating en ‘BBB+’, un escalón que no registraba Repsol desde 2006. En octubre, Fitch mantuvo su calificación en ‘BBB’ pero mejoró la perspectiva a ‘positiva’.
La generación de caja operativa ha permitido a la empresa reducir su deuda neta hasta cerrar el pasado septiembre en 2.181 millones de euros. Esta cifra supone un descenso de 3.581 millones de euros respecto a la registrada al inicio del ejercicio. Por su parte, la liquidez se incrementó hasta los 12.426 millones de euros, suficiente para cubrir 4,81 veces los vencimientos de deuda a corto plazo.
La firma elevará a 0,35 euros por acción el dividendo que repartirá entre los accionistas el próximo mes de enero, al tiempo que el consejo de administración propondrá a la junta general de accionistas del próximo año un pago complementario de otros 0,35 euros brutos por acción.
SUBIDA DEL DIVIDENDO
Así, la remuneración efectiva en 2023 de Repsol para sus accionistas aumentará un 11%, hasta los 0,70 euros brutos por acción –frente a los 0,63 euros de este año–, con lo que la compañía adelantará el objetivo de retribución previsto en su plan estratégico para el año 2024.
A ello hay que añadir las recompra de acciones, otra forma de retribuir a sus accionistas. En este sentido, el grupo anticipará en tres años su objetivo de recompra y amortización de acciones, estando previsto alcanzar a finales de este ejercicio los 200 millones de títulos amortizados establecidos para todo el periodo 2021-2025.
Entre las operaciones llevadas a cabo este año destacan, como hitos, la incorporación de EIG como socio al negocio de Upstream en un 25%, en una operación por valor de 4.800 millones de euros; la incorporación de Crédit Agricole Assurances y EIP como socios al 25% en Repsol Renovables por 985 millones de euros; y, hace apenas unos días, la adquisición de Asterion Energies al fondo de infraestructuras europeo Asterion Industrial por 560 millones de euros, más un máximo de 20 millones en concepto de pagos contingentes.
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