Cerca de un millar de personas recorren las calles de Santoña en una manifestación para exigir un convenio que “combata la brecha salarial”
SANTANDER, 4 (EUROPA PRESS)
La huelga general en el sector de las conservas de pescado ha cerrado este viernes, de nuevo, las fábricas de Cantabria en la tercera jornada de paros convocados por la Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA) y Comisiones Obreras de Industria en Cantabria, en su lucha por un convenio “digno” para las trabajadoras y trabajadores del sector, contra la “precariedad” y para “combatir la brecha salarial”.
Más del 95% de la plantilla de las conserveras ha secundado este tercer día de huelga, un respaldo aún mayor que en jornadas anteriores -también ha habido paros el pasado 21 de enero y este último jueves, 3 de febrero-, como han cifrado ambos sindicatos.
“El éxito es rotundo, con el apoyo más que mayoritario de todos los trabajadores y trabajadoras del sector”, han celebrado las dos formaciones sindicales. Como resultado, las principales empresas, caso de Consorcio, Hoya, Laredana, Leonardo o Don Bocarte, se han visto obligadas a cerrar.
Además, las trabajadoras han llenado las calles de Santoña en una manifestación que ha reunido a cerca de un millar de personas y en la que han repetido sus principales reivindicaciones.
El sector ocupa en su mayoría a mujeres en situación de precariedad, que perciben “los peores salarios de la industria alimentaria y sufren una brecha salarial sangrante respecto a sus compañeros hombres”.
Por eso, el secretario general de UGT-FICA en Cantabria, Luis Díaz, ha insistido en la necesidad de firmar un convenio “digno” que satisfaga -ha dicho- las pretensiones de las trabajadoras y “combatir la brecha salarial, que es uno de los puntos más importantes del convenio”.
Su homólogo en CCOO de Industria en Cantabria, César Conde, ha subrayado que “lo que más separa” a los sindicatos y a la patronal es “la equiparación de los grupos profesionales cinco y seis”.
En este sentido, ha afirmado que, “según la oferta de la patronal, estos grupos se acabarían equiparando dentro de 4.000 años, cifras que obviamente no podemos asumir”.
Ambas organizaciones sindicales coinciden en la necesidad de luchar para “conseguir un futuro más alentador para las personas trabajadoras del sector -entre otras reivindicaciones, también está la de no trabajar los fines de semana- y, de nuevo, han reclamado que “no puede ser que las mujeres, por el mismo trabajo, cobren menos dinero”.