MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El colectivo ‘Gruistas de España’ ha denunciado recibir remuneraciones “muy inferiores” a las de sus homólogos europeos, jornadas laborales de diez y doce horas (muy superiores a las ocho fijadas por el convenio), verse obligados a firmar nóminas en concepto de pagas extraordinarias no recibidas o, incluso, firmar vacaciones no disfrutadas.
“En la categoría de operarios de gruas torre están prohibidas las subcontrataciones y, sin embargo, se realizan en multitud de ocasiones”, han lamentado. Además, han subrayado que estas empresas, en ocasiones, les obligan a realizar funciones distintas para las que son contratados.
“Publican ofertas sin pudor ni reparo alguno, donde directamente buscan un gruista que además que haga otro tipo de tareas como albañil, fontanero, peón etc… Quieren trabajadores multiusos que cubran otras necesidades distintas a su puesto y categoría”, han subrayado los gruistas.
Respecto a las modalidades de contratación, han afirmado que están “a la orden del día” los contratos por horas “todo incluido”, en los cuales van incluida hasta la propia liquidación y finiquito del empleado en cuestión.
Por ello, han pedido a los agentes sociales que en la renovación el VI Convenio General de la Construcción, que se llevará a cabodurante los primeros meses del próximo año 2022, se mejoren las condiciones del sector, con especial énfasis en el apartado económico. “Queremos ayor protección ante las precariedades laborales que se vienen sufriendo en estos años y van en aumento”, han reclamado.
MIEDO A NUEVA BURBUJA
Respecto a las quejas de algunos sectores que afirmaban no encontrar empleados para cubrir las vacantes del sector, los gruistas han advertido que “hoy por hoy, el sector de la construcción dista mucho de ser un sector atractivo. Ni para los jóvenes, ni para nadie”. “Dada nuestra experiencia y escuchando a gran parte del sector, lo que observamos es que las condiciones laborales son bastante precarias”, han recalcado.
Por otra parte, los gruistas han expresado sus temores a que los fondos europeos para estimular el sector inmobiliario provoquen una burbuja inmobiliaria, ya que el sector viene arrastrando las consecuencias del estallido de la anterior a finales de la década pasada.
“Creemos que este volumen de trabajo tendría que ser gestionado en un volumen de tiempo mayor, intentando evitar lo ocurrido en ocasiones anteriores y tratando de aprender de experiencias pasadas”, han afirmado los gruistas, que han aprovechado para mostrar su temor porque esta vorágina provoque en el futuro una caída abrupta.