La escasez de mano de obra amenaza con limitar la capacidad de satisfacer la creciente demanda
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Los avances tecnológicos en biometría, Inteligencia Artificial (IA) y aprendizaje automático (ML), impresión 3D y automatización modificarán los modelos operativos tradicionales y será lo que caracterice a los aeropuertos cero emisiones del futuro, según un informe elaborado por la consultora Oliver Wyman en colaboración con el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) y el Centro Global para el Turismo Sostenible.
La flota mundial de aviación comercial crecerá un 33% hasta superar los 36.000 aviones en 2033, según el análisis de Oliver Wyman. Por su parte, ACI World predice que, a su vez, el tráfico de pasajeros entre 2022 y 2040 aumentará hasta un 5,8% de media cada año, llegando a alcanzar una afluencia de más de 19.000 millones de pasajeros anuales.
“Estas cifran generan claramente la necesidad de incorporar nuevas soluciones para mejorar el tiempo y la eficiencia en el procesamiento de los usuarios en los aeropuertos, al tiempo que se avanza en el camino de la descarbonización del sector”, asegura el informe de la consultora.
Actualmente, el sector del transporte aéreo representa alrededor del 2% del total de las emisiones mundiales de carbono. Y, más específicamente, el sector aeroportuario de vuelos comerciales solo es responsable de una pequeña parte de ese porcentaje, generando entre el 2% y el 5% de las emisiones totales de la aviación.
“A pesar de que contribuye con un porcentaje relativamente bajo a las emisiones mundiales, el sector aeroportuario está enfocado en conseguir cero emisiones netas por ser un factor clave en la reducción de la huella de carbono de todo el sistema de aviación”, indica el informe.
Tanto es así que, en 2008, la aviación se convirtió en la primera industria en adoptar una acción climática global para todo el sector. Y en octubre de 2021, la industria mundial de la aviación declaró que lograría cero emisiones netas de carbono para 2050, apoyando el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, en comparación con los niveles preindustriales.
Para lograr este compromiso, la prioridad de cara a 2030 será la de aumentar el suministro y la comercialización de combustibles de aviación sostenibles (SAF, en inglés), los cuales pueden obtenerse a partir de residuos o materias primas sostenibles que limiten las consecuencias negativas para el medioambiente.
Sin embargo, la escasez de SAF supondrá un obstáculo para conseguir este objetivo, pues, según los cálculos de Oliver Wyman, es probable que para 2030 se hayan conseguido hasta 5.400 millones de galones de SAF (casi 20.500 millones de litros), pero el sector aéreo necesitará 16.000 millones (casi 60.600 millones de litros) solo para mantener las emisiones en los niveles de 2019.
Por otro lado, elementos como la electrificación de los vehículos aeroportuarios para trasladar al personal y la carga en los aeródromos, el uso de remolques eléctricos para los aviones, la reducción del consumo de las instalaciones aeroportuarias (que actualmente representan el 46% del consumo global de los aeropuertos), así como el uso de materiales de construcción sostenibles para los aeropuertos serán elementos determinantes para reducir las emisiones generadas por el sector. Además, se prevé que para 2035 ya estén operativos los primeros aviones de hidrógeno.
Los expertos consideran que la descarbonización entendida como la reducción de las emisiones de carbono, también podría ser una ventaja competitiva para atraer nuevos inversores y clientes.
REVOLUCIÓN DE LA EXPERIENCIA DEL VIAJERO.
El sector aéreo y las administraciones públicas continúan su camino hacia la innovación invirtiendo en soluciones tecnológicas y biométricas que permitan crear una identidad digital que reúna todos los documentos personales, como los billetes y visados tradicionales. El objetivo de esto es alcanzar en 2030 una experiencia del pasajero más segura, fluida y eficaz.
Los expertos consideran que la digitalización de los aeropuertos permitirá un viaje personalizado de principio a fin y creará nuevas ventajas enfocadas a conseguir una mayor comodidad para los viajeros.
Más allá de la innovación digital, para el año 2040, los aeropuertos dejarán de ser lugares de paso para convertirse en ciudades aeroportuarias de ocio o ‘aerotrópolis’, que integrarán salas VIP con un sinfín de actividades interrelacionadas y nuevas experiencias como cines, piscinas u opciones de juego de realidad virtual.
Asimismo, la transformación del procesamiento de pasajeros provocará un cambio significativo en la distribución interna de las terminales aeroportuarias. La reducción de las colas en los mostradores de facturación y de control de seguridad, así como las comunicaciones interactivas y en tiempo real darán lugar a nuevas oportunidades de negocio para el comercio minorista y de ocio, según el informe.
CONECTIVIDAD INTERMODAL DIRECTA Y EFICAZ.
De cara al futuro, los aeropuertos seguirán siendo nodos fundamentales entre las comunidades para favorecer el crecimiento económico y la conexión mundial. Por este motivo, la conectividad intermodal, tanto a nivel local como regional, será clave para facilitar la circulación de personas y mercancías de una manera más sostenible y eficaz, según el informe.
En este contexto, las nuevas tendencias en materia de movilidad social, como la electrificación y la automatización de los vehículos, repercutirán en los aeropuertos positivamente, “pero exigirán coordinación y colaboración con las administraciones públicas y agencias de transporte para llevar a cabo estrategias integradas de transporte ecológico”.
Durante este proceso, los expertos consideran que es crucial producir incentivos que hagan reducir el tránsito individual en coche hacia los aeropuertos, como la implementación de los conceptos de movilidad aérea urbana (UAM).
ESPECIALIZACIÓN Y EFICIENCIA.
La escasez de mano de obra existente desde la COVID-19 en la industria de la aviación también siendo un reto en la actualidad y amenaza con limitar la capacidad de satisfacer la creciente demanda. En la actualidad, aproximadamente el 54% de los 11,3 millones de personas que trabajan en el sector de la aviación lo hacen en aeropuertos, lo que representa el 3,9% de la población activa total de la industria de viajes y turismo (289 millones de personas).
Además, a medida que la IA y otras tecnologías transformen las operaciones aeroportuarias tradicionales, las funciones de los trabajadores serán cada vez más especializadas y enfocadas en el manejo, mantenimiento y control de estos sistemas.
Los trabajadores orientados al pasajero tendrán que mejorar sus competencias de atención al cliente integrando la tecnología, mientras que el personal de operaciones necesitará adoptar nuevos conocimientos en ingeniería, ciberseguridad y tecnologías de la información (TI).
Por su parte, el sector también deberá enfocarse en atraer a mano de obra más polivalente, como la que constituye la Generación Z. Para ello, será necesaria la colaboración con el mundo académico para crear interés en el sector de la aviación, facilitar una contratación suficiente de trabajadores para satisfacer las demandas futuras y garantizar que los empleados tengan las cualificaciones adecuadas para los cargos ofertados.
En definitiva, adecuar la creciente demanda de viajes a las limitaciones de la mano de obra es otro gran reto a medio plazo que requerirá grandes inversiones del sector. “Sin embargo, de cara a 2050, muchas de esas funciones acabarán siendo automatizadas, por lo que se acabará reduciendo la necesidad de mano de obra para satisfacer las necesidades de los pasajeros”, concluye el informe.