BRUSELAS, 30 (EUROPA PRESS)
Los Veintisiete han pedido este jueves que la política de cohesión garantice un apoyo más específico y adaptable a las regiones menos desarrolladas y preste especial atención a las necesidades de las zonas rurales, de las zonas afectadas por la transición industrial y de las regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves y permanentes, tales como las regiones escasamente pobladas más septentrionales o las regiones insulares, transfronterizas y montañosas.
Así lo recogen las conclusiones que los ministros han aprobado en el Consejo de Asuntos Generales sobre el futuro de las políticas de cohesión que se ha celebrado este jueves en Bruselas, un documento que remitirán ahora a la Comisión Europea para su consideración.
La vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ha dirigido la reunión en el marco de la presidencia española del Consejo ha defendido hacer de los fondos de cohesión una “palanca todavía más útil y eficiente para todos los ciudadanos”, ya que tiene que seguir siendo un pilar “clave” de la construcción de la UE.
Montero ha destacado que para el periodo 2021-2027 se pondrá a disposición del conjunto de países de la UE un montante de casi 530.000 millones de euros, de los que 36.245 millones corresponderán a España, lo que supone un 13% más que en el periodo anterior.
“La política de cohesión debe prestar especial atención a las zonas con mayores desventajas competitivas y a las regiones con particularidades geográficas”, ha defendido la ministra, al tiempo que ha instado a que las políticas posteriores a 2027 “deberán responder mejor” a las necesidades regionales “teniendo en cuenta los nuevos retos demográficos, la inmigración, el cambio climático o las transiciones verde y digital”.
La principal reclamación a la Comisión en esas conclusiones del Consejo es que la cohesión “tiene que flexibilizarse para ofrecer un apoyo más adaptado a las características concretas de cada región teniendo en cuenta la idiosincrasia del territorio, al tiempo que se reducen las trabas administrativas, que lastran su eficiencia”, ha explicado Montero.
Preguntada por si considera que el auge de los nacionalismos en toda Europa puede suponer una amenaza para los fondos y políticas de cohesión, la ministra ha destacado que “el proyecto europeo es un antídoto muy potente frente a los populismos”, que ha descrito como “una fuente importantísima de inseguridad y desigualdad, así como un lastre para el desarrollo de los países del conjunto de la comunidad europea e internacional”.
Por otro lado, en referencia a una futura ampliación de la UE, ha incidido en que esta será más fuerte con más miembros si estos colaboran para lograr un crecimiento aún mayor. “Hay que vivirlo como una oportunidad por la seguridad a nivel internacional y por el fortalecimiento de las propias democracias”, ha apostillado.
En la misma línea, la comisaria europea de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, ha afirmado que “Europa no puede sostenerse sin una política de cohesión fuerte” y ha recordado que “cada vez que la UE se amplía hay que incrementar con ello la política de cohesión”, porque “la fragmentación no es buena para la economía ni para las regiones”. “Una buena gestión de la ampliación es una situación en la que todos ganan”, ha incidido.
Asimismo, ha respaldado la petición de un mayor grado de adaptación de los Estados miembro, pues considera que “se necesitarán más flexibilidades para preparar sólidamente el terreno para el futuro”, consciente de que “es una condición necesaria para garantizar la igualdad de condiciones” y de que “Europa no puede sostenerse sin una política de cohesión”.