MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Las políticas macroprudenciales juegan un papel importante a la hora de “mitigar considerablemente” los riesgos financieros asociados con los ciclos de expansión-contracción del mercado de la vivienda, según se desprende de un informe publicado este lunes por el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
Entre las conclusiones del documento elaborado por el Comité sobre el Sistema Financiero Global figuran que dicho alivio de los ciclos requiere de “coherencia” entre las políticas de vivienda, lo que incluye el aspecto impositivo y de planificación urbanística.
Asimismo, el BIS ha enfatizado que la gobernanza tiene un “impacto directo” en la efectividad de las políticas adoptadas, ante lo que ha asegurado que cuando las autoridades macroprudenciales cuentan con un “mandato claro, independencia y amparo legal” se producen mejores resultados.
Por otra parte, el informe se ha hecho eco del llamado “sesgo de inacción”, que puede mitigarse si se da prioridad a herramientas que cumplan los objetivos sin requerir ajustes constantes. Determinados “quitamiedos”, como los límites de endeudamiento basados en los ingresos, ayudan a mantener la resiliencia durante las fases alcistas del mercado inmobiliario y los periodos de fuertes oscilaciones de los tipos de interés.
El BIS también ha incidido en que la transparencia sobre los ‘trade-offs’ de costes y beneficios puede fomentar el apoyo a largo plazo a las políticas macroprudenciales.
“Una comunicación franca sobre la medición de los costes, beneficios e incertidumbres y sobre cuán meditadas están las políticas ayuda a mantener el apoyo (a las medidas) incluso cuando el recuerdo de la crisis de la vivienda se desvanezca”, ha ejemplificado.
MEDIDAS DIRIGIDAS
Aunque el objetivo último de las políticas macroprudenciales sobre los riesgos del mercado de la vivienda es la estabilidad financiera, las autoridades suelen traducirlo en “objetivos intermedios más específicos”.
El BIS ha indicado, en este sentido, que la resiliencia de los prestamistas suele ser el propósito “más común” de las autoridades, pero no el único, dado que otras también abordan la fortaleza de los prestatarios o, “algunas pocas”, buscan restringir el ciclo de crédito o combatir el alza de los precios de la vivienda.
No obstante, algunos instrumentos abordan objetivos intermedios específicos “mejor que otros”. Por ejemplo, el BIS ha indicado que los ratios préstamo-valor son “menos eficaces” a la hora de centrarse en la resiliencia de los prestatarios, si bien contribuyen a reforzar la de los prestamistas.
Por el contrario, las herramientas basadas en los ingresos de los prestatarios, como la relación entre el servicio de la deuda y los ingresos, son una forma “más eficaz” de centrarse en la resiliencia de los prestatarios.