La ministra Montero reconoce que es “un ajuste” y cree que la reforma del impuesto “tiene que ser mucho más ambiciosa”
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La nueva tasa mínima en el Impuesto sobre Sociedades del 15% para las empresas que facturen más de 20 millones de euros anuales tendrá un impacto de apenas “algo menos” de 50 millones de euros en la recaudación del próximo año, primer año de su vigencia, según ha reconocido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Así lo ha manifestado en la habitual rueda de prensa en el Congreso, donde ha comparecido tras entregar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado a la presidenta de la Cámara, Meritxel Batet, dando así los primeros pasos para la tramitación parlamentario de las cuentas.
Sobre esta medida, cuyo impacto el Gobierno había estimado en unos 400 millones de euros, ha señalado que su principal efecto tendrá lugar en 2023, en la liquidación del impuesto, y no en los pagos fraccionados del próximo año.
En todo caso, la ministra de Hacienda ha reconocido que “hay mucho que discutir todavía” acerca de este mínimo en el ámbito internacional, si aplicarlo sobre la base imponible –como se ha fijado en estos Presupuestos– o sobre resultado contable, o la aplicación de los créditos fiscales.
En este sentido, Montero confía en que para el próximo año ya exista una directiva europea “que trasponga este consenso” alcanzado en el ámbito de la OCDE.
PONE EL FOCO EN LOS CRÉDITOS FISCALES Y SU UTILIZACIÓN
Preguntada por su efecto limitado, Montero ha reconocido que esta modificación “es un ajuste” y no “una reforma en profundidad”, y que considera que “la reforma del impuesto a nivel internacional tiene que ser mucho más ambiciosa” de lo alcanzado hasta ahora.
“Aspiramos a que sea mucha más ambiciosa, independientemente de si se aplica sobre base imponible o resultados”, ha dicho, asegurando que donde el Gobierno de “dar una respuesta clara”, a partir de las conclusiones del grupo de expertos, “es sobre el futuro y de qué manera se consolidan los créditos fiscales”.
En este sentido, ha señalado estos créditos y su utilización ilimitada por las empresas como “uno de los grandes problemas” de un impuesto que, ha señalado, “está aportando la mitad de lo que aportaba hace diez o quince años” y que ahora este impuesto “se haya quedado a la cola” de los tipos impositivos en recaudación, como un “queso gruyer”.