MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Fondo de Reserva de la Seguridad Social, más conocido como ‘la hucha de las pensiones’, situó su rentabilidad media anual a 15 años en el 3,4% en 2021, por debajo del 3,57% de 2020, pero por encima de la que ofrecieron el año pasado, en promedio, los planes de pensiones privados individuales (2,33%).
Así lo revela el informe de gestión del Fondo de Reserva de la Seguridad Social a 31 de diciembre de 2021 remitido a las Cortes hace unos días y en el que se refleja que el importe del mismo sigue siendo de 2.138 millones de euros (0,18% del PIB), ingresados en su totalidad en una cuenta corriente del Banco de España.
La rentabilidad acumulada del Fondo de Reserva desde su creación en el año 2000 hasta el 31 de diciembre de 2021 alcanzó el 103,35%, lo que supone, en términos anualizados, un 3,40%.
Si se compara la rentabilidad media anual a 15 años obtenida en 2021 por la ‘hucha’ de las pensiones (3,4%) con la de los planes de pensiones privados de renta fija a largo plazo (1,85%), la diferencia a favor del Fondo de Reserva es aún mayor que la ofrecida, de media, por el conjunto de planes de pensiones privados (2,33%).
No obstante, la ‘hucha’ sale perdiendo respecto a los planes de pensiones privados cuando las comparaciones se realizan con las rentabilidades medias anuales a 10, 5, 3 y 1 año. En esos casos, rentan más los planes de pensiones, especialmente a 5 y 3 años, en los que el Fondo de Reserva presenta una rentabilidad media anual negativa del 0,23%.
Desde la primera dotación al Fondo de Reserva en el ejercicio 2000 hasta 31 de diciembre de 2021, los rendimientos obtenidos por el mismo ascienden a casi 28.874 millones de euros, conseguidos mayoritariamente entre los años 2000 y 2017. A partir de ahí, con excepción de 2019, los rendimientos fueron negativos (-53 millones en 2018 y -15 millones en 2020) o nulos, como en 2021.
EL FONDO YA NO INVIERTE EN ACTIVOS FINANCIEROS
En 2020 vencieron los activos en los que estaba invertido el Fondo de Reserva y las decisiones de gestión del Fondo de Reserva de la Seguridad Social estuvieron condicionadas principalmente por la situación de incertidumbre generada a raíz de la crisis sanitaria.
Adicionalmente, el escenario del mercado de la deuda pública española durante 2020 presentaba rentabilidades mínimas históricas en la mayor parte de los tramos temporales de la curva de tipos de interés.
De hecho, los activos con rentabilidades negativas que superaban el tipo de la Facilidad de depósito establecido por el Banco Central Europeo (-0,50%) tenían vencimientos a medio plazo (tramo 5 años), los activos con rentabilidades positivas se situaban en tramos a partir de 10 años y las rentabilidades de activos de plazos más largos eran “muy reducidas”, según expone el Gobierno en su informe, al que ha tenido acceso Europa Press.
En este contexto, el Comité de Gestión del Fondo de Reserva acordó en noviembre de 2020 por “máxima prudencia” mantener en cuenta corriente el saldo de casi 2.138 millones de euros al que asciende la ‘hucha’ de las pensiones, dejando así de realizar inversiones en activos financieros, principalmente en deuda pública española.
A lo largo de 2021 los activos con rentabilidades negativas que superaban el tipo de la Facilidad de depósito del BCE (-0,50%) tenían vencimientos a medio plazo (tramos entre 2 y 4 años), los activos con rentabilidades positivas se situaban en tramos a partir de 6 años y las rentabiliades de activos de plazos más largos “continuaban en niveles muy reducidos”.
Así las cosas y tras la aprobación de la primera pata de la reforma de pensiones, el Comité que gestiona el Fondo decidió el pasado diciembre mantener en la cuenta abierta en Banco de España y hasta una nueva reunión el importe de 2.137,92 millones de euros del Fondo de Reserva.
La primera pata de la reforma regula el denominado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), sustituto del Factor de Sostenibilidad de la reforma del sistema de pensiones de 2013, con el que se pretende ‘engordar’ el Fondo de Reserva para afrontar futuras desviaciones del gasto en pensiones.
LA REFORMA DE PENSIONES REACTIVA EL FONDO DE RESERVA
El MEI contempla dotar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social mediante una cotización adicional del 0,6% a partir de 2023 y hasta 2032, repartida entre empresas y trabajadores. Su función es la de actuar como “válvula de seguridad” del sistema a partir de 2033, en el caso de que haya un desvío de la previsión de gasto en pensiones para 2050.
Si esto no ocurriera, no se aplicará ninguna medida y se planteará la utilización de los recursos del Fondo de Reserva para reducir las cotizaciones sociales o mejorar la cuantía de las pensiones. Pero si a partir de 2033 se aprecia en los Informes de Envejecimiento (Ageing Report) de la Comisión Europea una desviación de la previsión de gasto en pensiones a 2050 respecto al informe de 2024 (que se usará como referencia), se utilizará la ‘hucha’, con un límite de disposición anual del 0,2% del PIB.
En caso de ser insuficiente, el Gobierno negociará con los interlocutores sociales para su elevación al Pacto de Toledo. El objetivo será llegar a una propuesta equilibrada que se dirija a reducir el porcentaje de gasto en pensiones en términos de PIB o a incrementar el tipo de cotización u otras fórmulas alternativas para aumentar los ingresos.
En este contexto, el Comité de Gestión del Fondo tenía que decidir los criterios de inversión del Fondo y los activos financieros en los que invertir el saldo del mismo en el marco de la negociación de la primera pata de la reforma de pensiones durante los meses anteriores a su aprobación, teniendo en cuenta, además, la situación de los mercados financieros, marcada aún por intereses negativos a medio plazo junto con una elevada volatilidad. Finalmente, y a la espera de una nueva reunión, el Comité decidió el pasado diciembre mantener la ‘hucha’ en la cuenta del Banco de España tal y como estaba.