La renta per cápita en España se sitúa 15 puntos porcentuales por debajo del área del euro por la baja productividad y el elevado paro
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La productividad aparente del trabajo en España registró un crecimiento promedio en términos reales entre los años 2014 y 2022 del 0,3%, inferior al 0,9% del conjunto de la Unión Europea, según se desprende de un informe publicado por CaixaBank Research.
La comparativa internacional refleja que existe una brecha importante en el nivel de productividad español y el de la eurozona y las principales economías europeas.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, explicaba recientemente la economía española registró en 2008 una diferencia del 8% respecto a la zona euro en renta per cápita, pero esa brecha ha ido creciendo y, según los últimos datos disponibles, actualmente se sitúa ahora 15 puntos porcentuales por debajo respecto a la media del área del euro.
Esta falta de convergencia se debe, según Gavilán a dos factores principales: la baja productividad y una tasa de paro muy elevada. “Esto se puede arreglar con dinero, pero lo fundamental son las reformas”, sostiene Gavilán.
Según el informe de CaixaBank Research, en 2022, el PIB nominal por hora trabajada en España –datos que ya tienen en cuenta la revisión de la serie histórica del PIB de España acometida en septiembre de 2023– era un 76% del valor registrado en la eurozona y solamente el 63% de Alemania.
Una de las claves de la productividad radica en la calidad del capital humano de una economía. Los trabajadores con un nivel educativo más alto y técnicamente más cualificados son más productivos. Según constata un estudio del Banco de España, existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y de los empresarios españoles con respecto al promedio de la eurozona.
Por otro lado, un aspecto clave para la productividad es el tamaño de las empresas. En España, el nivel de productividad de las grandes empresas es más del doble que el de las microempresas. Sin embargo, el peso de las empresas de tamaño mediano o grandes en la economía española es menor que en otros países.
En España, alrededor del 35% de la ocupación está en empresas de más de 50 empleados, una proporción que se sitúa en el 66% en Alemania. “España necesita potenciar más el crecimiento de sus microempresas y pymes”, insisten desde el servicio de estudios de CaixaBank.
Los expertos sostienen que varios estudios destacan que las grandes empresas tienen una mayor propensión a invertir en activos intangibles y subrayan esta inversión como catalizador del aumento de la productividad.
Entre los intangibles que contribuyen a una mejora de la productividad se encuentran, por ejemplo, los modelos de gestión y de eficiencia organizacional, el marketing, el valor de la marca, las bases de datos, la formación específica desarrollada internamente o el software.
En economías altamente desarrolladas y cerca de la frontera tecnológica, estos aspectos son aún más determinantes en el crecimiento de la productividad. Así, cuando se habla sobre el futuro de la productividad en España es fundamental analizar el peso de la inversión en investigación y desarrollo en la economía. En concreto, el informe de CaixaBank Research refleja que el porcentaje del PIB asignado a investigación y desarrollo es en España del 1,3% del PIB, claramente por debajo del promedio del 2% en la eurozona.
LA OPORTUNIDAD DE LOS FONDOS EUROPEOS PARA SER MÁS PRODUCTIVOS
Por ello, tanto desde el Banco de España como desde otros organismos y entidades públicas y privadas se insiste en la oportunidad que supone para España y la mejora de su productividad el despliegue del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado con los fondos europeos ‘Next Generation EU’.
El Banco de España ha detectado que las empresas de mayor tamaño son las que están recibiendo las licitaciones vinculadas a los fondos europeos ‘Next Generation EU’, mientras que las subvenciones están recayendo fundamentalmente en las pequeñas.
La literatura económica no es concluyente en cuanto a qué le interesa más a la economía. Una parte de expertos opina que en el corto y más en el largo plazo las licitaciones deberían otorgarse a empresas pequeñas, con el objetivo de hacerlas más competitivas y transformar así la economía. Sin embargo, hay otra corriente que aboga por potenciar a las empresas de mayor tamaño y las más potentes del país para que funcionan como tractoras de la economía.
Lo que sí se está percibiendo desde el Banco de España es que las empresas que han recibido licitaciones –muy pocas y de mayor tamaño– han mostrado un mayor dinamismo en la inversión en el corto plazo respecto a las compañías que no las han recibido licitaciones o que han percibido otro tipo de convocatorias.