MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La política fiscal de los gobiernos ha jugado un “papel central” para proteger a las familias y empresas del impacto de la crisis inflacionista, aunque advierte de que los recortes fiscales temporales indiscriminados pueden ser contraproducentes, según ha revelado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe Tax Policy Reform 2023.
El informe concluye que las reformas fiscales, incluidas las dirigidas a rebajar la presión fiscal sobre las rentas bajas y a reducir los impuestos sobre los productos energéticos, han sido una de las herramientas políticas clave que los Estados han utilizado para proteger a los agentes económicos de los niveles de inflación más elevados de la década.
La OCDE explica que cuando los precios de la energía y los alimentos subieron bruscamente en 2022, los países se apresuraron a apoyar a los hogares y las empresas con medidas fiscales temporales, como recortes del impuesto sobre el valor añadido (IVA) y de los impuestos especiales, y ajustando los tramos impositivos, las desgravaciones y los créditos dentro de los regímenes del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y de las cotizaciones a la Seguridad Social.
Además, algunos países introdujeron impuestos temporales sobre los beneficios extraordinarios, gravámenes de solidaridad u otras medidas en respuesta a los beneficios extraordinarios de las empresas, sobre todo en el sector energético. El objetivo era ayudar a financiar el gasto fiscal adicional y amortiguar los efectos de las subidas de precios sobre todo en los grupos más vulnerables.
Por otro lado, aduciendo objetivos similares, varios países también redujeron la presión fiscal sobre los hogares con menos renta, al tiempo que los incrementaron sobre las altas.
“La política fiscal ha estado a la vanguardia del apoyo gubernamental a las familias y las empresas frente a los elevados niveles de inflación”, ha reseñado el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
SEGÚN BAJE LA INFLACIÓN, IR DIRIGIENDO LAS AYUDAS A LOS MÁS NECESITADOS
No obstante, Cormann ha reconocido que aunque “los recortes fiscales temporales pueden aplicarse rápidamente y son muy visibles”, su uso indiscriminado puede incrementar los costes presupuestarios, algo que es “especialmente cierto” en el caso de los impuestos energéticos. Además, estos tributos podrían también reducir los incentivos para reducir el consumo eléctrico.
A medida que las presiones inflacionistas vayan remitiendo, los gobiernos tendrán que “orientar mejor el apoyo de la política fiscal a los más necesitados”.
INVERSIÓN Y MEDIO AMBIENTE
Para fomentar la inversión, los gobiernos siguieron ampliando los incentivos del impuesto de sociedades y adaptando los regímenes fiscales a los retos y oportunidades que plantea la digitalización de la economía mundial.
Muchas jurisdicciones también tomaron medidas para implantar el impuesto mínimo mundial para reformar el marco fiscal internacional. Otros países también promulgaron reformas del IVA para lograr una tributación más eficaz del comercio digital transfronterizo.
Algunos impuestos medioambientales se redujeron en 2022, mientras que un número creciente de países reforzó los incentivos fiscales y otros mecanismos para fomentar la transición hacia una economía con menos emisiones de carbono.
También aumentó el número de países que aplicaron desgravaciones y créditos fiscales ‘verdes’ dentro de los impuestos de sociedades y sobre la renta de las personas físicas.