La AHE prevé que vuelva a intensificarse la venta de carteras de improductivos a fondos internacionales
MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La tasa de morosidad de los créditos para la adquisición de bienes de consumo cayó al 5% en junio, frente al 5,5% de marzo y el 5,6% de un año antes, lo que revela “una mejora significativa” en el segundo trimestre de 2021, según recoge el informe sobre la dudosidad del sector financiero elaborado por la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
El crédito del sector privado residente situó su tasa de morosidad en el 4,4% en junio, lo que supone una mejora de 0,1 punto porcentuales respecto al trimestre precedente y de 0,3 puntos en tasa interanual.
La caída responde a un descenso del 6,5% en el año de los préstamos dudosos, hasta contabilizar un saldo de 54.200 millones de euros.
La mayoría de las carteras experimentaron descensos de la morosidad, aunque la Asociación Hipotecaria ha apuntado que habrá que observar el comportamiento del mercado en los próximos meses tras el vencimiento de moratorias previsto para el segundo trimestre.
Dentro de la actividad de los hogares, la mejora más pronunciada en el segundo trimestre fue la del crédito al consumo (que en trimestres anteriores había presentado subidas), como consecuencia de la combinación de un ligero aumento del crédito (+1,4% interanual) y de una fuerte caída del crédito dudoso (-9% interanual).
La morosidad del crédito al consumo cayó a un 5% en junio, frente al 5,5% de marzo y el 5,6% de junio de 2020. “Esta mejora cobra una especial relevancia si se tiene en cuenta que la mayoría de moratorias de este segmento de crédito ya estarían vencidas”, apunta el informe de la AHE.
Por su parte, la tasa de dudosidad del crédito para la adquisición de vivienda se mantuvo a la baja y se colocó en el 3% en junio, frente al 3,1% de marzo y el 3,5% de hace un año. También fue favorable el comportamiento de las exposiciones de rehabilitación de la vivienda, con una caída de 0,1 puntos en el trimestre y 0,3 puntos en año, hasta situarse en el 5,4%.
HOSTELERÍA Y TRANSPORTE, LOS MÁS AFECTADOS
Por su parte, la ratio de dudosos en las empresas se mantuvo en el 5% por tercer trimestre consecutivo, con aumentos de la morosidad en los sectores que más han sufrido los efectos de la pandemia.
Así, la morosidad en la hostelería se colocó en el 7,8%, frente al 5,3% de un año antes y el 6,2% del trimestre anterior, mientras que la de las actividades de transporte y almacenamiento subió en varias décimas hasta situarse en el 4,6%.
EL SANEAMIENTO EN INMOBILIARIO CONTINÚA DANDO FRUTOS
En cuanto a las actividades más vinculadas con el negocio inmobiliario, la Asociación Hipotecaria ha constatado que la tendencia de saneamiento en los balances “parece continuar dando sus frutos”.
De esta manera, la ratio de morosidad de las actividades inmobiliarias retrocedió al 4,6% en el segundo trimestre, lo que supone una rebaja de 0,5 puntos a nivel interanual y 0,2 puntos a nivel trimestral.
Esta fuerte mejora respecto a la tasa del 38% que alcanzó hace ocho años, como consecuencia de la anterior crisis, responde a “la intensa gestión de desinversión y reestructuración de deuda llevada a cabo por las entidades a lo largo de estos años”.
La dinámica se mostró estable en el crédito a la construcción respecto al trimestre anterior, aunque mejoró 0,7 puntos en el año. En junio, se situó en el 9,1%, lo que supone niveles de finales de 2009, cuando todavía la reacción del mercado a la crisis era moderada, explica la AHE.
Las entidades venían apostando antes de la pandemia por liquidar parte de sus carteras con grandes descuentos a fondos internacionales de inversión, como medida para reducir sus niveles de activos improductivos.
La Asociación Hipotecaria prevé que, a medida que se disipen las dudas acerca de la situación más inmediata en términos sanitarios y económicos, esta actividad volverá a intensificarse, después de haberse visto “algo ralentizada” durante el 2020 como consecuencia de la pandemia y de las dificultades técnicas de valoración. “Sin duda, una palanca efectiva para las entidades debido a los costes operativos y regulatorios que acarrean esta clase de activos”, ha apuntado en su informe.