MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La inversión de impacto, que hace referencia a inversiones que se realizan con la intención específica de aportar un impacto social o medioambiental positivo que sea medible, además de un rendimiento financiero, creció un 58% en España en 2022, hasta alcanzar los 1.208 millones de euros, según un estudio divulgado por SpainNAB, con motivo de la clausura del Global Impact Summit 2023.
El informe, que ha identificado a algo más de una treintena de actores con activos gestionados en el segmento de la inversión de impacto, ha señalado que, del total de 1.208 millones, los fondos de capital privado se sitúan como los principales impulsores de la inversión de impacto, con 874 millones de euros gestionados en 2022, el doble de la cifra del año anterior.
Por su parte, las fundaciones se posicionan como los segundos agentes con mayor volumen de activos gestionados, un total de 236 millones de euros (+1%), y el resto -plataformas de crowfunding, family offices, capital riesgo corporativo, fondos o entidades de financiación pública- suman un total de 99 millones de euros (+3,8%).
De su lado, el segmento de la financiación bancaria de impacto -incluye banca ética y social y las cooperativas financieras de impacto- gestionaron activos por valor de 1.743 millones de euros en 2022, un crecimiento del 4,4% con respecto al año anterior.
En este sentido, la fuente de capital mayoritaria en financiación bancaria de impacto fueron los inversores individuales en forma de retail, con el 88% del total de los activos gestionados. Los inversores institucionales, con un 9%, se sitúan como la siguiente fuente de financiación, seguidos de los fondos públicos, con un 1%.
“LA INVERSIÓN DE IMPACTO ES CLAVE PARA REORDENAR EL CAPITALISMO”
SpainNAB ha cerrado este martes las jornadas del Global Impact Summit 2023, que ha reunido a la comunidad de inversión de impacto a nivel mundial en Málaga, a través de una conferencia telemática en la que ha señalado que “la inversión de impacto es clave para reordenar, para reajustar el capitalismo”.
En el primer congreso celebrado de manera presencial desde la edición de 2019 en Buenos Aires, el presidente de SpainNAB -así como director general de CaixaBank Asset Management-, Juan Bernal, ha instado a ejercer “la capacidad de traccionar y de utilizar el impacto [de la inversión] como herramienta transformadora”.
En ese sentido, Bernal ha explicado que la inversión de impacto es aquella que, además de basarse en el binomio rentabilidad-riesgo y sus posibles retornos, tiene en cuenta un tercer vector que parte de la pregunta “¿Qué retorno social o medioambiental negativo o positivo tiene en el planeta?”.
Asimismo, el jefe de la asociación ha cifrado que la inversión de impacto en Europa, con datos de 2021, alcanzaba ya los 80.000 millones de euros; un número que en la escala global subiría hasta los 1,1 trillones de dólares.
Bernal ha hecho un llamamiento a su vez a toda la Administración Pública y los partidos políticos, ya que la inversión de impacto “no se va a canalizar solo con el capital privado y con las empresas privadas; necesitamos la colaboración público-privada para llevarlo a cabo”.
“Creo que esa es la riqueza de este movimiento y es donde podremos generar una economía de impacto muy sólida para que de verdad sea transformadora”, ha añadido.
En la misma línea que Bernal, el director general de SpainNAB, José Luis Ruiz, ha señalado que los datos del pasado ejercicio reflejan “la necesidad de lograr una mayor implicación de las entidades públicas para lograr un crecimiento a escala, ya que su implicación permitiría una mayor movilización de capital hacia el sector, contribuyendo de manera decisiva a atraer inversión privada”.
“Convertir la inversión de impacto en Política de Estado es una vía imprescindible para seguir avanzando en esta colaboración público-privada”, ha remachado el propio Bernal.
Al hilo de esto, el director general de Cofides (entidad financiera público-privada), Miguel Tiana, ha expresado que el Fondo de Impacto Social (FIS), aprobado en diciembre de 2022 con unos recursos de 400 millones de euros, “será una herramienta innovadora que promoverá la movilización de los inversores privados en escala”.
“Un factor clave será su capacidad [la del fondo] de actuar como catalizador mediante estructuras de financiación combinada que permitan atraer al inversor privado mitigando el riesgo y mejorando sus expectativas de retorno”, ha agregado Tiana.
Durante su intervención, Tiana ha explicado que el FIS utilizará diversas modalidades financieras, como la suscripción de participaciones en fondos de inversión de impacto o el apoyo financiero directo a empresas con propósito social u otro tipo de entidades elegibles, ya sea mediante instrumentos de capital o de deuda, que podrán incluir préstamos concesionales.
Por último, la directora de alianzas y relaciones internacionales de la Fundación ONCE, Lourdes Márquez, ha puesto el foco en que “el desarrollo o es inclusivo, o generará más pobreza y desigualdad; no podemos dejar a nadie atrás”.