MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Las huelgas iniciadas por los sindicatos de pilotos de SAS -aerolínea establecida en Suecia, Dinamarca y Noruega- que empezaron el 4 de julio, han provocado la cancelación de 2.550 vuelos que afectaron a más de 270.000 pasajeros, además de un coste acumulado de entre 1.000 y 1.300 millones de coronas suecas (entre 94 millones de euros y 122 millones de euros).
El motivo de la huelga es que el convenio colectivo de los pilotos de SAS expiró en marzo y las negociaciones para acordar uno nuevo se prolongan sin éxito por el momento desde noviembre del año pasado.
En un comunicado, la compañía aérea ha admitido que la huelga ya ha afectado “significativamente” a la liquidez y la posición financiera general de SAS. También ha lamentado que amenaza “las oportunidades de la compañía de recaudar con éxito el capital crítico necesario, a corto y largo plazo, para financiar una reestructuración exitosa de la empresa”.
Por tanto, el presidente y director general de SAS, Anko van der Werff, ha lamentado “profundamente” que sus clientes se vean afectados por la huelga, que “está provocando retrasos y cancelaciones de vuelos”. “Tenemos que llegar a un acuerdo y poner fin a la huelga lo antes posible”, ha afirmado.
El pasado 5 de julio, SAS comunicó que está en conversaciones avanzadas con varios prestamistas potenciales en relación con la denominada financiación del deudor en posesión (DIP). Se trata de una operación de hasta 700 millones de dólares (687 millones de euros), a fin de garantizar que la compañía disponga de suficiente efectivo para completar su reconstrucción.
Los posibles prestamistas del DIP han dejado claro que dicha financiación está condicionada a que SAS demuestre que es capaz de lograr los 7.500 millones de coronas suecas (707 millones de euros) de ahorro de costes anuales, que son “la piedra angular” del plan de reestructuración, SAS Forward.
En este sentido, la compañía ha asegurado que si la huelga de pilotos continúa puede poner en peligro el acceso de la empresa a dicha financiación DIP.
En este caso, SAS tendrá que considerar “la venta forzosa de valiosos activos estratégicos y reducir significativamente la escala de las operaciones de SAS y la flota de aviones”, si no se produce un avance en las negociaciones con los pilotos.
“La huelga pone en juego la aplicación del proceso del Capítulo 11 y, en última instancia, la supervivencia de la empresa”, ha lamentado Anko van der Werff.