MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La gestora Carmignac ha presentado este jueves sus perspectivas de cara a la segunda mitad del año, en las que prevé que los bancos centrales mantengan su política monetaria de tipos de interés elevados hasta que la dinámica de recesión se refleje de “forma incontestable” en los datos.
Los expertos de la entidad apuestan que el endurecimiento monetario se prolongará por la resistencia de las economías y la persistencia de la inflación hasta su tasa objetivo del 2% (el dato de la eurozona se situó en mayo en el 6,1% y la subyacente en el 5,3%) y que, a partir de 2024, los bancos centrales encontrarán resistencias desde el ámbito político para mantener esa estrategia.
Esas resistencias llegarían a medida que se siga empujando al alza la tasa de desempleo y el enfriamiento de la economía, además de por los crecientes riesgos para la estabilidad financiera.
El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) ha elevado este jueves en medio punto sus tipos de interés, hasta el 5%; la Reserva Federal (Fed) de EEUU decidió la semana pasada dejar sin cambios los tipos de interés en el 5-5,25% tras diez subidas, aunque su presidente, Jerome Powell, avisó ayer de que todavía quedan más alzas por delante, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) los elevó un cuarto de punto, hasta el 4%.
El economista jefe de la entidad, Raphäel Gallardo, también ha adelantado que si los bancos centrales pierden el control de la dinámica recesiva el equlibrio presupuestario se convertirá en su principal preocupación en 2025.
En ese contexto, el miembro del comité de inversión de Carmignac, Kevin Thozet, ha considerado que los mercados “caminan por la cuerda floja” y sugiere en renta variable decantarse por los valores y sectores defensivos: sanidad, consumo y tecnología.
En cuanto a la renta fija, Thozet es más optimista, tanto en la deuda pública como la privada, y ha apuntado que el atractivo reside tanto en los tipos nominales como en los reales, dada la “escasa o nula” relajación monetaria que se espera en el futuro, aunque señala como riesgo un posible repunte de la morosidad por las mayores exigencias de los préstamos. Por ello, apuesta por la deuda de calidad con vencimientos largos, de entre 5 y 10 años.
A su vez, por el escenario de incertidumbre geopolítica y para diversificar la cartera, observa de manera positiva a materias primas como el oro y la deuda de mercados emergentes en moneda local por la situación de los tipos y los vientos de cola para el crecimiento a largo plazo.