MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
La economía española crecerá en torno a un 5,8% en 2022, con uno de los mayores impulsos de la eurozona gracias a la ejecución de los fondos europeos, aunque estará expuesta a riesgos como los costes de la energía, el comportamiento de la cadena de suministros y la evolución de la inflación, según concluye el Informe Económico y Financiero elaborado por Esade y presentado este miércoles.
El comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) español a lo largo de este año estará en línea con la tendencia global, con unas estimaciones de crecimiento de la economía mundial del 4,4%. Sin embargo, esta evolución se dará en dos velocidades, con un ritmo más rápido, del 4,8%, en los países emergentes y en desarrollo y algo más moderado, del 3,9%, en las economías avanzadas.
Así, la zona euro cerrará 2022 con un crecimiento del 4,2%, según las estimaciones de Esade, mientras que países como Reino Unido y Estados Unidos registrarán incrementos del 4,7% y del 4%, respectivamente. En el caso de la India, el crecimiento se mantendrá en el 9%, en tanto que las previsiones de crecimiento de China se rebajarán al 4,8% en 2022 debido a las dificultades que experimenta su sector financiero, como apuntan desde Esade.
Los autores del análisis advierten del impacto que puede tener la inflación en las distintas economías y se fijan también en las posibles respuestas de los bancos centrales. En el caso de España, la inflación se disparó al 6,6% al cierre de 2021, mientras que en la zona euro alcanzó el 5% y en EE.UU. se colocó en el 7%.
El análisis de Esade reconoce que los bancos centrales han tomado medidas, sobre todo en el caso de EE.UU., pero estas todavía no han sido “agresivas” debido a que la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y de los alimentos, sigue cerca del 2%.
No obstante, si eso varía, los expertos de Esade no descartan “una reorientación más drástica” de la política monetaria, con una aceleración en la retirada de los estímulos económicos, una subida de los tipos de interés y una reducción de los programas de compras de activos.
Al margen de la inflación, los analistas de Esade confían en que el próximo año la mayoría de las economías desarrolladas hayan vuelto a los niveles de 2020, antes de la pandemia. En Estados Unidos, eso dependerá de la concreción del plan de infraestructuras, en tanto que en la eurozona quedará a la espera del éxito en la implementación y ejecución de los fondos Next Generation.
Por el contrario, países como India, Indonesia o México seguirán en 2023 con niveles de producción entre un 2% y un 3% por debajo de los de enero de 2020.