La región se enfrenta a la posibilidad de otra década perdida tras la pandemia
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William Maloney, ha señalado que la deuda pública promedio en la región ha aumentado en 15 puntos, hasta acaparar el 75,4% del PIB regional.
“Los esfuerzos para mitigar los efectos de la crisis provocaron fuertes aumentos del gasto, lo que provocó mayores déficits y deuda pública”, ha explicado Maloney, quien ha añadido que en un escenario donde los gobiernos se ven abocados a estimular un crecimiento más dinámico, inclusivo y ecológico, los países “deberán reconsiderar qué tan eficientemente y qué tan bien gastan los recursos públicos”.
En este sentido, la institución recomienda a los gobiernos repensar las prioridades de gasto para beneficiar a los sistemas de salud o educación. Asimismo, el gasto en investigación y desarrollo, que actualmente se encuentra a la mitad del nivel de los países de ingresos medios, “se puede utilizar de manera más eficiente asegurando los vínculos entre los centros de investigación y el sector privado”.
Otra recomendación del Banco Mundial en este plano es un mayor número de transferencias públicas y de inversión en infraestructura, ya que podría impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad.
Además, apunta que la generación y el consumo de energía se pueden hacer más sostenibles desde el punto de vista ambiental y fiscal si se orientan mejor los subsidios a las poblaciones vulnerables, puesto que entre el 40% y el 60% de los subsidios a la electricidad van al 20% de la población con mayores ingresos.
Por otra parte, el Banco Mundial apuesta por reducir las ineficiencias en la contratación pública y los programas de transferencias, que en la actualidad suponen una pérdida promedio del 4,4% del PIB. El organismo ve mejor esta iniciativa que el hecho de recortar el gasto público.
“Solo en adquisiciones, se estima que las mejores prácticas que reducen la corrupción, reducen las ineficiencias y aumentan la competitividad de las licitaciones pueden ahorrar hasta un 22% del gasto sin cambiar las leyes de adquisiciones existentes”, remarca el organismo.
La institución multilateral indica que hay espacio suficiente para expandir los impuestos sin que ello impacte de manera significativa en el crecimiento. En concreto, el Banco Mundial ve espacio para incrementar los impuestos sobre propiedad y en menor medida sobre la renta.
Otras tasas que el organismo anima a tocar son las relacionadas con bienes no saludables y las emisiones de carbono. Además, cree que se debe mejorar la aplicación de impuestos en una región donde la evasión fiscal en el impuesto sobre la renta en empresas es de casi el 50%.
RIESGO DE UNA DÉCADA PERDIDA.
Los impactos de la crisis de coronavirus provocarán una década perdida en las economías de América Latina y el Caribe si estas no toman medidas inmediatas para impulsar una tibia recuperación, según un último informe elaborado por el Banco Mundial.
A pesar de que el crecimiento de la región se estima en un 6,3% para este año, con los planes de vacunación acelerados y un descenso generalizado de las muertes, los niveles de pobreza regionales se encuentran en máximos de hace una década y la mayoría de los países no alcanzará una recuperación suficiente para superar la contracción del 6,7% observada en el 2020.
De hecho, las previsiones de crecimiento para los próximos dos años están por debajo del 3%, lo que supondría la vuelta a la senda de bajo crecimiento acontecida durante la década de 2010 e impulsando los miedos de otra década perdida de desarrollo.
Para generar el tipo de tasas de crecimiento que llevarían a la región hacia delante y a reducir las tensiones sociales, Latinoamérica necesita implementar de manera urgente reformas que han sido pospuestas durante mucho tiempo pero que son factibles en infraestructuras, educación, salud, política energética e innovación, además de afrontar los desafíos en materia de cambio climático, según el informe.
Además, la recuperación regional enfrenta múltiples barreras. Entre ellas se encuentra las recientes presiones inflacionarias a nivel mundial, que podrían llevar a las economías latinoamericanas a tasas de endeudamiento más altas. Al mismo tiempo, los altos niveles de deuda del sector privado como consecuencia de la pandemia lastran el impulso de la recuperación.
“Los países de la región realizaron enormes esfuerzos para ayudar a las familias en lo peor de la pandemia. Ahora, el reto es generar una recuperación robusta que provea oportunidades de trabajo y cure las heridas de la crisis”, ha destacado el vicepresidente para Latinoamérica y el Caribe del Banco Mundial, Felipe Jaramillo.