MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
JPMorgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos por activos, cerró el primer trimestre del año con un beneficio neto de 12.622 millones de dólares (11.448 millones de euros), lo que supone un incremento del 52,4% respecto de las ganancias del mismo periodo de 2022, a pesar de las turbulencias financieras que sacudieron a la banca estadounidense el pasado mes de marzo, según ha informado este viernes al publicar su cuenta de resultados.
Los resultados de la entidad dirigida por Jamie Dimon reflejan el impacto de las subidas de los tipos de interés, con un crecimiento del 49% de los ingresos por intereses netos, hasta 20.800 millones de dólares (18.865 millones de euros) en el trimestre.
En este sentido, JPMorgan espera concluir el ejercicio con ingresos por intereses netos de alrededor de 81.000 millones de dólares (73.465 millones de euros), lo que supondría un aumento anual de más del 21%.
En total, los ingresos netos del banco estadounidense entre enero y marzo sumaron 38.349 millones de dólares (34.782 millones de euros), un 24,8% por encima de la cifra de negocio contabilizada por la entidad en el primer trimestre de 2022.
De su lado, las provisiones para hacer frente a impagos de su cartera de crédito fueron de 2.275 millones de dólares (2.063 millones de euros). Esto supone un incremento del 55,5% respecto del mismo periodo del año pasado.
Al cierre del primer trimestre, la ratio de capital básico de máxima calidad CET1 de JPMorgan Chase era del 13,8%, seis décimas más que en el trimestre precedente. De su lado, la rentabilidad financiera (RoE) aumentó al 18% desde el 13% del primer trimestre de 2022.
“Nuestros años de inversión e innovación, un marco de control y riesgo vigilante y un balance sólido nos permitieron producir estos rendimientos y también actuar como un pilar de fortaleza en el sistema bancario y respaldar a nuestros clientes durante un período de mayor volatilidad e incertidumbre”, declaró el presidente y consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon.
En su análisis, el veterano banquero subrayó que la economía estadounidense sigue contando con “bases generalmente saludables”, aunque reconoció que las “nubes de tormenta” permanecen en el horizonte y las turbulencias bancarias se suman a estos riesgos.
No obstante, Dimon, el único banquero que se mantiene a frente de una de las grandes entidades mundiales desde la Gran Crisis Financiera, subrayó que la situación bancaria actual “es diferente a la de 2008”, ya que ha involucrado a muchos menos actores financieros y son menos los problemas que deben resolverse.