MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El consejo de administración de Iberdrola será el depositario de la responsabilidad sobre la acción climática del grupo y se encargará de aprobar, supervisar y reportar, de forma pionera, un plan para asegurar la neutralidad del grupo en 2050.
Esta medida será sometida a votación de los accionistas del grupo en la próxima junta general, que se celebrará el 18 de junio y en la que la acción climática será eje prioritario sobre el que serán consultados, en votación, los accionistas de la compañía, informó la energética.
De esta forma, se les consultará a los accionistas sobre el contenido de la política climática de la compañía, y también y de forma pionera, se someterá a su aprobación la reforma de los Estatutos Sociales que hacen responsables a los miembros el consejo de administración de la aprobación, supervisión y ‘reporting’ periódico de un plan de acción climática, que permita a Iberdrola alcanzar la neutralidad climática a nivel global en 2050.
La energética presidida por Ignacio Sánchez Galán destacó que esta modificación, por lo tanto, “fortalece la gobernanza climática como responsabilidad y compromiso del consejo”.
El máximo órgano de gestión del grupo se implica, así y directamente, en la lucha contra el cambio climático, expresando la ambición de alcanzar cero emisiones netas en 2050 -o antes-, fijando objetivos intermedios de reducción de emisiones y que estos objetivos cubran todas las emisiones de directas e indirectas; estableciendo que los objetivos tienen que estar validados por la ciencia respecto de su alineamiento con los objetivos de París; disponiendo de una estrategia e inversiones consistente con los objetivos de emisiones; y definiendo las metodologías que evaluarán su cumplimiento.
Así, con su aprobación, se deposita en el órgano rector de la compañía la responsabilidad de aprobar y actualizar el plan de acción climática, así como la de reportar anualmente la gestión climática a partir del próximo año.
Esta nueva atribución del consejo supone dar un paso más en la política de acción climática del grupo, que será sometida a votación consultiva de los accionistas como muestra de la voluntad de Iberdrola de compartir e involucrar a todos sus grupos de interés en los principios básicos y el posicionamiento de la compañía y en las líneas de actuación desarrolladas en su estrategia contra la lucha contra el cambio climático a 2030 y 2050, así como en la de crecimiento del grupo.
CONTRIBUCIÓN A LA ELECTRIFICACIÓN DE LA ECONOMÍA.
La política de acción climática de Iberdrola, además de la elaboración del plan de acción, establece entre sus líneas de actuación prioritarias la contribución a la electrificación de la economía. Para ello, establece que el grupo apoyará iniciativas regulatorias que fomenten, por ejemplo, la movilidad eléctrica y las bombas de calor; el principio de “quien contamina paga’; la eliminación de subsidios a tecnologías o sectores de altas emisiones, al análisis de los riesgos derivados del cambio climático y, en general, el desarrollo de una transición energética real y global.
El contenido de la política de acción climática está alineado con las recomendaciones del ‘Task Force on Climate-related Financial Disclosure’ (TCFD), plataforma de referencia en ‘reporting’ climático, que establece las guías para integrar el cambio climático en los procesos internos de planificación estratégica y de toma de decisiones, así como en el análisis, gestión y reporte de los riesgos a largo plazo.
Iberdrola, comprometida firmemente con los ODS 7 y 13 de la Agenda 2030 de Naciones Unidas sobre acción climática, se ha fijado ya ambiciosos objetivos en esta materia. La compañía avanza para ser climáticamente neutra en Europa en 2030 y a nivel global en 2050.
En este proceso, Iberdrola reducirá su intensidad de emisiones globales de CO2 en un 73% para 2030, con respecto a 2015 hasta los 50 gramos de CO2 por kilovatio hora (kWh) y ser neutros en carbono para 2050, o antes, a nivel global.