MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha cargado contra el impuesto temporal que el Gobierno quiere aprobar para gravar los ingresos de las principales entidades financieras en España, al considerarlo “injusto, distorsionador y contraproducente”.
El CEO de CaixaBank ha rechazado, en una entrevista para KPMG Tendencias, que el sector vaya a tener “beneficios extraordinarios” y ha afirmado que, en cambio, se va a “recuperar” parte de la rentabilidad que el sector no habría generado durante diez años de tipos negativos. Además, ha indicado que el sector en España –excluyendo la actividad en el extranjero– todavía tiene una rentabilidad “por debajo de su coste de capital”, mientras que las cotizaciones de los bancos continúan “por debajo de su valor contable”.
Por otro lado, ha apuntado a la posible “distorsión” de la competencia de la medida, con la que el Gobierno quiere recaudar de manera temporal cerca de 3.000 millones de euros entre 2023 y 2024, al haber entidades que estarán sometidas al gravamen y otras que no, como la banca internacional, la banca en la sombra y otros competidores locales; y ha recordado la normativa de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), donde se recoge la obligatoriedad de repercutir todos los costes de un crédito.
CaixaBank ya anunció el pasado mes de julio que sus ingresos se reducirían en torno a 400 o 450 millones de euros al año por este nuevo impuesto temporal. Gortázar ha explicado que esta cantidad “aminorará” los beneficios del banco en la misma proporción”, y ha resaltado que el sector tendría que pagarlo “incluso si se produce una fuerte recesión”, una situación que “podría generar problemas de estabilidad financiera”.
“Si se introduce la tasa, debería calcularse sobre beneficios extraordinarios (en caso de que se produjeran), tal y como propone la Unión Europea para el sector energético”, concluye al respecto.
RENTABILIDAD DEL SECTOR E IMPACTO DEL EURÍBOR
Sobre la evolución de CaixaBank y de la banca en bolsa, Gortázar ha defendido que su entidad es la que más se ha revalorizado en lo que va de año entre los 20 bancos más grandes de Europa, aunque ha recordado que, en el largo plazo, el sector todavía cuenta con valoraciones bajas.
Al respecto, ha explicado que el sector continúa con retornos por debajo del coste de capital, algo que los inversores observan con “un cierto grado de escepticismo” y que “desincentiva” la retención de beneficios para sostener el crecimiento, lo que supondría un factor de inestabilidad para la economía. Por ello, ha defendido la necesidad de que la rentabilidad supere “claramente” el coste de capital “para impulsar la economía”.
En cuanto al impacto de la subida del Euríbor, el CEO de CaixaBank cree que tendrá un impacto sobre el crédito, especialmente en el de largo plazo, aunque la financiación a empresas en el corto continuará con algo de demanda, de tal manera que el banco prevé mejorar el volumen de crédito entre un 2% y un 3% este año, un porcentaje “algo por encima del sector”.
En el crédito hipotecario, Gortázar ha indicado que el 25% del total de la cartera hipotecaria de su entidad está a tipo fijo, mientras que el 70% de la producción de préstamos hipotecarios en los últimos seis años se ha realizado a tipo fijo. “Esto supone que una buena parte de nuestros clientes no va a sufrir una subida en el coste de sus hipotecas”, ha explicado el directivo.
Por otro lado, el directivo ha indicado que la morosidad todavía no presentaría problemas, ni en el corto plazo ni en los créditos con avales ICO, y ha valorado de forma positiva los datos de empleo y de endeudamiento de familias y empresas.
“El sector privado, que no el público, está mucho menos endeudado que en la crisis anterior, lo que supone un factor muy relevante a la hora de afrontar una subida de tipos y de inflación”, ha sostenido antes de indicar la posibilidad de un aumento de la morosidad en 2023.
Por último, entre otras cuestiones, Gortázar ha abordado el ajuste de plantilla que ha realizado el banco en el último año. Ha recordado que se pactaron 6.500 salidas “voluntarias y con unas compensaciones generosas que eran las que se merecían” los empleados, y ha rechazado que se vayan a producir más ajustes.