El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha advertido este martes de que llevar este año el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.000 euros mensuales, como están reclamando los sindicatos, podría provocar una “contracción importante del empleo”, pues aún hay empresas que no se han recuperado de la crisis, sobre todo las más pequeñas.
“Lo de los 1.000 euros lo veo complicado (…) Hay un problema de solvencia en las empresas, todavía las empresas más pequeñitas están bastante ahogadas. Llevamos dos años muy complicados”, ha subrayado Garamendi en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press.
El dirigente de la CEOE ha recordado que el SMI ha subido un 30% en los últimos tres años y que ocho comunidades autónomas presentan ya un salario mínimo superior al 60% del salario medio, que es el objetivo que firmaron Gobierno y sindicatos para final de legislatura en su acuerdo de subida progresiva del SMI, del que en su momento se descolgó la CEOE.
El Ejecutivo ha convocado a los agentes sociales el próximo 7 de febrero para hablar de la subida del SMI para 2022. Los sindicatos están pidiendo que se suba a 1.000 euros mensuales, desde los 965 actuales, siguiendo las recomendaciones del comité de expertos creado por el Ministerio de Trabajo. Y quieren que dicha subida tenga carácter retroactivo desde el 1 de enero.
Garamendi ha reiterado además su crítica a las administraciones públicas por no incluir la revalorización del SMI de los últimos años en los contratos públicos. “Es un te invito a cenar pero paga tú la cena”, ha denunciado.
PROMETER CAMBIOS A FUTURO PARA CONVALIDAR LA REFORMA, UNA “TRAMPA”
En lo que respecta a la reforma laboral, el dirigente empresarial ha defendido el texto pactado entre el Gobierno y los agentes sociales y ha subrayado que da “estabilidad, confianza y paz social”.
Garamendi ha negado además que haya llamado personalmente a algún partido político para que voten a favor de la convalidación de la reforma laboral en el Congreso y ha explicado que él sí que ha recibido alguna llamada, como la de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que le informó de que su grupo votaría a favor.
En todo caso, el presidente de la CEOE cree que hay “mucha táctica política” en torno al rechazo de la reforma laboral y ha avisado de que “está en juego” la estabilidad de las relaciones laborales en los próximos años.
A su juicio, sería una “trampa” que el Gobierno prometiera cambios en los próximos meses en la legislación laboral a cambio de votos a favor de la reforma. “Si va a ser así, prefiero que me lo digan ya”, ha asegurado.
Asimismo, ha afirmado que, dentro de la patronal, hubo alguna abstención al acuerdo de reforma laboral, pero no votaciones en contra. “Una vez tomada la decisión, aquí vamos todos a una”, ha señalado.
FONDOS EUROPEOS
Por último, en relación a si los fondos europeos están llegando a las empresas, Garamendi ha reconocido que “no están todavía capilarizando como debieran” y ha instado a las administraciones públicas a “agilizar” y a exigir una menor aportación a las pymes que accedan a los distintos proyectos.
“Normalmente se pone el 70% y te llega un 30% y el problema es la solvencia. Nos gustaría que fuera el 50% porque las pymes, si no, no van a poder”, ha apuntado.