El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha afirmado este viernes que la decisión de subir el salario mínimo interprofesional (SMI) a partir del 1 de septiembre “estaba ya tomada” y que el Gobierno “lo único que ha hecho es darle vueltas a su propio solitario”. Además, ha afirmado que se trata de una decisión “en clave política y no de un planteamiento serio”.
Garamendi, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, ha reiterado los argumentos que han llevado a la CEOE a rechazar “en estos momentos” un alza del SMI y ha advertido de las consecuencias que podría tener su subida, como el aumento de la economía sumergida y la destrucción de puestos de trabajo.
“Nuestra posición es que en estos momentos no. En otros momentos hemos dicho que sí a subir el SMI, pero ha subido un 30% en los últimos tres años. Con la que está cayendo, la pandemia, es un momento muy delicado”, ha defendido.
El presidente de la patronal ha insistido en que esto tiene poco que ver con las empresas del Ibex 35 y sí con las muy pequeñas empresas, las que conforman la mayoría del tejido empresarial en España, a las que esta subida del SMI les afectará.
Ha puesto como ejemplo a los pequeños agricultores, a los que les será difícil implementar esta nueva subida del SMI después de que haya crecido ya un 30% en los últimos años. “Prácticamente todos los convenios colectivos del campo están impugnados por esa subida del 30%”, ha indicado.
Asimismo, ha criticado la “paradoja” que supone que en los contratos que las administraciones públicas adjudican a las empresas no se contemplen estas subidas del salario mínimo. “Yo lo resumo en la frase: te invito a cenar, pero paga tú la cena”, ha dicho Garamendi, que ha añadido que en 12 de las 17 comunidades autónomas ya se cumple el objetivo de que el SMI supere el 60% del salario medio.
¿RUPTURA DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA?
Junto a una mayor economía sumergida y la pérdida de empleos, Garamendi ha alertado de que, a medio plazo y “si esto sigue así”, que el Gobierno pueda decidir las subidas salariales “podría romper a futuro la negociación colectiva”.
“A mi me gustaría que los políticos, que muchos ganan bastante más que los empresarios que yo represento, en un par de meses contrataran una persona que cobre el SMI y que generen ellos empleo. Porque facturar en este país no están fácil”, ha señalado.
Preguntado por si la patronal estaría dispuesta a hablar de una nueva subida del SMI para 2022, Garamendi ha afirmado que habrá que ver cómo se va recuperando la economía, aunque las perspectivas son buenas. “En enero estaremos en una posición diferente, los sectores más castigados se van abriendo poco a poco. Ya lo veremos”, ha dicho.
En cuanto a si cree que la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha perdido el pulso frente a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por esta subida del SMI, el dirigente empresarial ha defendido que los postulados de la CEOE están más cerca de los de Calviño y que se sentarán a las mesas se negociación cuando les llamen.