BARCELONA, 8 (EUROPA PRESS)
El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha asegurado este miércoles estar a favor del incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pero cree que ahora “no es el momento”.
Lo ha dicho este miércoles en una entrevista de TV3 recogida por Europa Press, en la que ha advertido de que el incremento incluso podría comportar la destrucción de empleo en distintos sectores.
Cree que el Gobierno debe plantear un acuerdo del SMI y de las condiciones económicas en general “cuando toque”, que según él este momento es en 2022, tal como había planteado Nadia Calviño a finales de julio.
Ha recordado que Foment apoyó el incremento del SMI en 2019, que representó un 30% más, y que presentó un documento en el sentido de que Europa debe poner en marcha un nuevo contrato social para que los salarios tengan más poder adquisitivo del que tienen hasta ahora.
“Si los trabajadores no se ganan bien la vida no vamos en la buena dirección, habrá cada día más desigualdades sociales, ahora bien, para que las empresas puedan pagar más salarios, el Estado debe implantar sus reformas estructurales importantes”, ha añadido.
En concreto, ha planteado una reforma fiscal que motive más inversión por parte de las empresas, para que la gente pueda ganar más dinero, y una reforma de la administración que sea efectiva, eficiente, que no haya duplicidades y que el gasto social sea el adecuado, en sus palabras.
PRECIO DE LA LUZ
Preguntado por el precio de la luz, Sánchez Llibre ha recordado que proponen reformar la composición y la elaboración de precio de la luz, con dos opciones a corto plazo.
La primera, rebajar el IVA del 11% al 5%, como pasa en algunos países de la UE como Italia, y también sacar el impuesto sobre generación de energía eléctrica que en estos momentos está presente.
“Planteábamos la posibilidad de que los consumidores pudieran disminuir su pago de la factura eléctrica un 10% cada mes, es muy fácil decirlo pero difícil para llevarlo a cabo”, ha admitido.
Considera que el Gobierno “debe ponerse las pilas y debe hacer los deberes” para intentar que este incremento de la energía no repercute negativamente a los consumidores finales, sobre todo a los más vulnerables.
Además, también ve “muy importante” que el precio de la energía que pagan las industrias en general también esté de acuerdo con el pagan las industrias globales en Francia, Alemania e Italia.