La industria de alimentación y bebidas reduce en un 8,2% sus emisiones desde 2014
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, ha estimado que medidas legislativas como el real decreto de envases y decretos de envases abocarían al cierre de 2.400 compañías, más del 7% del total de la industria, principalmente pymes y empresas ubicadas en el medio rural.
Por ello, García de Quevedo ha vuelto a tender la mano al Ejecutivo para “avanzar coordinados en la búsqueda de modelos cada vez más eficientes y sostenibles, pero siempre sin perjudicar la competitividad de las empresas”.
El director general de FIAB ha señalado que la actual redacción de dichas medidas legislativas obligaría a inversiones “inesperadas e inasumibles” por la industria, que se elevarían a 6.270 millones de euros para adaptarse a los nuevos objetivos de reutilización y hacer frente a la reducción del 50% de botellas de bebidas de plástico de un solo uso a 2030.
Esto, unido al incremento del coste de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), de 490 millones de euros, y al impuesto al plástico, de 300 millones de euros, representaría para el sector un impacto de más de 7.000 millones de euros.
Así lo ha puesto de manifiesto en la presentación de la primera Memoria de Sostenibilidad para dar cuenta del compromiso que mantiene la industria de alimentación y bebidas con el desarrollo sostenible y la responsabilidad del sector con el entorno en el que actúa.
Este informe, elaborado por Kreab con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recoge las principales iniciativas, avances y oportunidades en materia de sostenibilidad, además de ser una hoja de ruta sobre los ejes estratégicos en los que las empresas del sector tienen que enfocar su actividad.
La presentación de la memoria ha estado a cargo del director general de Industria Alimentaria del Ministerio, José Miguel Herrero, y el director general de FIAB, quienes han puesto en valor la importancia estratégica del avance hacia una industria cada vez más sostenible y los esfuerzos que se realizan desde el sector en favor de la consecución de modelos de trabajo cada vez más eficientes y respetuosos con el entorno.
García de Quevedo ha asegurado que los fabricantes de alimentos “dan respuesta a las necesidades de una sociedad cada vez más consciente y comprometida con la sostenibilidad, a través de distintas iniciativas que abordan el desarrollo sostenible desde un enfoque holístico, teniendo en cuenta todas sus vertientes: económica, social y medioambiental”.
AGENTE CLAVE PARA LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
La industria de alimentación y bebidas tiene una vinculación muy estrecha con el entorno, por eso, según FIAB, avanza constantemente y desde hace años hacia modelos de producción respetuosos, protegiendo los ecosistemas y recursos de los que depende para poder realizar su actividad a largo plazo.
De hecho, en un contexto marcado por el reto de una población creciente y el impacto del cambio climático, los elaboradores de alimentos trabajan para garantizar el acceso a alimentos y bebidas suficientes, manteniendo los altos niveles de seguridad y calidad alcanzados.
Con todo ello, el sector se ha convertido, a través de su actividad, en un agente decisivo en la lucha contra el cambio climático y la protección del medioambiente, ya que contribuye con medidas de eficiencia a reducir, entre otros, el desperdicio alimentario, el uso de recursos hídricos o las emisiones derivadas de su actividad.
Así, desde el año 2014, la industria de alimentación y bebidas ha reducido en un 8,2% sus emisiones y ha mejorado su eficiencia energética en un 13,4%, además de haber reducido en hasta un 20% el consumo hídrico, lo que equivale a un ahorro de 14 millones de m3 de agua.
Asimismo, ya en 2019 el 9,2% del total de la energía consumida en el sector procedía de fuentes renovables.
Los elaboradores de alimentos y bebidas españoles, además, apuestan por la circularidad y enfocan gran parte de sus estrategias en avanzar hacia un modelo de economía circular.
Por ejemplo, desde el año 2014 se ha reducido la generación de residuos en un 10,3%, lo que equivale a un ahorro de más de 721.000 toneladas de residuos.
Por otro lado, tres de cada cuatro empresas aprovechan los subproductos que se generan en sus procesos productivos y cuatro de cada cinco cuentan con acuerdos para la donación de excedentes alimentarios.
La industria de alimentación y bebidas, por sus características, tiene capacidad para impactar de forma positiva en todos y cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas contemplados en la Agenda 2030.
Por ello, entre los principales retos y objetivos del sector, está el de integrar estas metas de sostenibilidad en el centro de las estrategias de desarrollo y crecimiento.
Desde hace años son muchas las empresas elaboradoras de alimentos y bebidas que los incorporan en sus procesos de tomas de decisiones.
De hecho, el de los alimentos y bebidas es el quinto sector con mayor número de empresas comprometidas con los ODS, con un porcentaje del 89%.
Desde el punto de vista económico, la industria de alimentación y bebidas, como primer sector industrial del país, es un agente “decisivo” en la aportación económica y fiscal del país.
Además, el sector es responsable de la creación de empleo estable y de calidad y seguirá apostando por la paridad laboral, de manera que esté presente en todos los niveles, y para que no haya disparidades en la remuneración de sus empleados causadas por cuestiones de género o etnia.
A nivel social, entre otros objetivos, el sector tiene una gran apuesta por la promoción de estilos de vida saludables, basados en la combinación de una dieta variada y equilibrada y en la actividad física.
Por otro lado, el sector tiene un firme compromiso con la España Despoblada y su objetivo será mantener su actividad en estos núcleos a pesar de las tendencias demográficas y asegurar la prosperidad de estas regiones.
En lo que se refiere al aspecto medioambiental, el sector ha logrado en los últimos años grandes avances, pero seguirá promoviendo modelos eficientes de trabajo para lograr la neutralidad climática en 2050, seguir avanzando en los objetivos de reducción del desperdicio alimentario proteger los ecosistemas en los que opera la industria y proteger la biodiversidad o continuar haciendo una gestión sostenible del agua y fomentar la circularidad, entre otros avances.