Ve más viable el modelo de tres contratos y apuesta además por una “fuerte” penalización al uso fraudulento de la contratación temporal
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Fedea plantea dos posibles estrategias para acabar con la dualidad en el mercado laboral español consistentes en el establecimiento de un modelo de contrato único indefinido, “posiblemente” acompañado de la llamada mochila austríaca, o bien un modelo simplificado de tres tipos de contratos (indefinido, temporal y formativo), en línea con el componente 23 del Plan de Recuperación.
A su juicio, la primera opción es preferible, aunque entiende que “resulta difícil de implementar políticamente”, mientras que la segunda, que puede generar resultados similares, “es más viable políticamente y más conforme con el marco jurídico vigente”.
Así lo afirma Fedea en un trabajo publicado este lunes y realizado por los catedráticos José Ignacio Conde-Ruiz y Jesús Lahera Forteza, en el que advierten de que la dualidad es uno de los mayores problemas del mercado laboral español.
“No existe ninguna justificación para que sistemáticamente tengamos una de las tasas de temporalidad más altas de los países industrializados. La excesiva temporalidad no sólo resulta una auténtica injusticia para las personas que la padecen, sino que también desincentiva la formación de los trabajadores y tiende a hacer que las empresas se concentren en actividades de bajo valor añadido”, apuntan los autores.
Respecto a la primera de sus propuestas, el modelo de contrato único indefinido, el estudio recuerda que el objetivo de esta medida es reducir el uso de los contratos temporales “a su mínima expresión” y sustituir el “muro” que implica la diferencia entre el coste de la contratación indefinida y la temporal por una “rampa” mediante un contrato único cuya indemnización por despido crece gradualmente con la antigüedad.
Esta opción supone la eliminación directa de la contratación temporal, que pasaría a permitirse únicamente para la interinidad o la formación. Según Fedea, el nuevo marco contractual debería estar diseñado de tal forma que el coste agregado que soportan las empresas por despido ni aumente ni disminuya.
Asimismo, los autores sostienen que el nuevo modelo también debería aplicarse únicamente a las nuevas contrataciones para respetar los derechos adquiridos; habría de encajarse en la regulación de despido causal bajo la separación entre procedencia/improcedencia/nulidad, y podría complementarse con un pequeño fondo o mochila austríaca, que “generaría ganancias de eficiencia y productividad”.
EL MODELO DE TRES CONTRATOS
La otra opción que plantea Fedea, el modelo de tres contratos (indefinido, temporal y formativo) permitiría, en su opinión, un mayor uso de la contratación temporal, pero restringiéndola sólo para necesidades realmente transitorias.
“Esto podría hacerse, por ejemplo, mediante la supresión de los actuales contratos por obra y servicio, manteniendo los contratos temporales por causa organizativa o productiva, esto es, los ligados a la sustitución de otros trabajadores o a la aparición de necesidades de trabajo de carácter temporal”, explican los autores del informe.
Al mismo tiempo, consideran que sería necesario penalizar “fuertemente” el uso fraudulento de la contratación temporal y flexibilizar la extinción de los contratos indefinidos.
Así, entienden que habría que otorgar mayor seguridad jurídica a las causas objetivas de despido y modular sus costes para incentivar la generalización del contrato indefinido.
Estas medidas deberían ir acompañadas de otras dirigidas a aumentar la flexibilidad laboral interna de las plantillas fijas, según Fedea, que, en este sentido ve de “especial interés” la posibilidad de flexibilizar los expedientes de regulación temporal (ERTE) vigentes e introducir ERTE específicos, tal como se prevé en el componente 23 del Plan de Recuperación.