MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha cuestionado la estrategia del Gobierno de “sobreproteger” a las comunidades autónomas en períodos de crisis, en alusión a la pandemia de COVID-19, y ha advertido de que la cifra de déficit es “engañosa”.
Fedea ha publicado este lunes su informe anual sobre la evolución de las cuentas autonómicas y ha puesto el foco en el método del Ejecutivo en momentos de crisis, ya adoptado en 2008 y 2009. El organismo explica que reduce los incentivos de las CCAA para asumir la responsabilidad sobre su propia situación fiscal y para adaptar sus políticas a las cambiantes circunstancias económicas.
En el trabajo, que utiliza datos de las cuentas de las administraciones regionales que elabora la Intervención General del Estado (IGAE), Fedea también argumenta que la cifra de déficit, un 0,03 por ciento del PIB –334 millones– es “engañosa” y “fundamentalmente se debe a un aumento de las transferencias extraordinarias del Estado, muy superior a lo que habría sido necesario para cubrir los gastos generados por la pandemia”.
“Si se excluyen los ingresos y gastos extraordinarios, sigue habiendo un desequilibrio claro entre los ingresos y los gastos recurrentes de las CCAA que volverá a manifestarse cuando se retiren las ayudas”, ha avisado.
Fedea, que ha analizado las series de gasto e ingreso autonómico desde 2003 hasta 2021, indica que los dos últimos años han estado marcados por la crisis de la COVID-19, con el consiguiente aumento de las necesidades de gasto para hacer frente a la pandemia y una significativa caída de los ingresos tributarios durante el primero de estos ejercicios.
“El Gobierno, sin embargo, ha optado por absorber en primera instancia el grueso de ambos ‘shocks’, manteniendo unas entregas a cuenta calculadas con previsiones anteriores a la crisis y aportando recursos adicionales a las autonomías mediante transferencias extraordinarias no retornables fuera del sistema de financiación ordinario”, ha señalado.
Así, esto ha permitido a las Comunidades Autónomas reducir su déficit presupuestario pese al fuerte aumento del gasto, ha expuesto Fedea, que ha agregado que el precio es un mayor déficit del Estado y el gradual debilitamiento de la responsabilidad fiscal de unas Comunidades Autónomas que están siendo “sobreprotegidas”, tanto en esta crisis como en la anterior.
Tras repasar la evolución de los ingresos, gastos y déficits autonómicos desde 2003, en el informe se construyen (desde 2014 en adelante) sendas de ingresos y gastos autonómicos depuradas de atípicos, entre los que se incluyen los flujos financieros extraordinarios relacionados con la crisis de la COVID-19.
Dos gráficos comparan estos flujos depurados con los ingresos y gastos brutos y con la senda observada de déficit con la del “déficit subyacente” que se obtiene tras eliminar los atípicos. Como puede observarse, a partir de 2019 las dos sendas divergen “claramente”.
Es decir, mientras que el déficit observado se reduce hasta desaparecer, el desequilibrio entre ingresos y gastos depurados repunta, superando los 300 euros –de 2015– per cápita en 2020 y los 200 en 2021, lo que supone, respectivamente, un 1,44 y un 0,85 por ciento del PIB. “Sin apoyos extraordinarios, las Comunidades Autónomas estarían lejos del equilibrio presupuestario”, advierte Fedea.
“Lo llamativo es que los ingresos adicionales han excedido las nuevas necesidades de gasto, lo que ha permitido a las autonomías reducir su déficit con respecto a años anteriores hasta prácticamente eliminarlo en 2021”, resalta la organización, que insiste en que la opción de “proteger al máximo” a las Comunidades Autónomas frente a los efectos inmediatos de la crisis “no es necesariamente buena idea si se retrasa en exceso la reacción de estas”.
“La situación, además, podría prolongarse”, ha advertido Fedea, que ha destacado que, por el momento, el Gobierno ha decidido condonar aquellas liquidaciones de 2022 que resulten negativas, lo que plantea “problemas adicionales, tanto de equidad como de incentivos”.
Fedea también avisa de que la situación es “bastante más frágil” que en 2003 “ante un posible cambio ciclo” y destaca como “los principales motivos de preocupación” el elevado ‘stock’ de deuda que han acumulado la mayor parte de las autonomías y el hecho de que la mejora del saldo presupuestario autonómico registrada en los últimos ejercicios se apoya en parte en factores “anómalos y difícilmente sostenibles”, incluyendo una inversión “atípicamente baja y fuertes subvenciones a los intereses” a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y otros mecanismos estatales de liquidez.
POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS
El informe también resume la evolución de las cuentas de cada una de las Comunidades Autónomas durante los dos últimos años. El conjunto de las comunidades presentó en 2020 un déficit presupuestario del 0,03 por ciento del PIB agregado, con una apreciable mejora en relación con el dato de 2020, que se cerró con un déficit del 0,22 por ciento del PIB.
Así, Fedea concluye que las Comunidades Autónomas en su conjunto han superado “con gran holgura” el objetivo presupuestario y, de hecho, se han situado al borde del equilibrio por primera vez desde el comienzo de la serie homogénea de la IGAE. Tal y como ha incidido, esto ha sido posible gracias al fuerte incremento de las entregas a cuenta y otras transferencias del Gobierno central.
Diez de las Comunidades Autónomas presentaron en 2021 un superávit pese a la llegada de la pandemia y cuatro más registraron un déficit de menos de dos décimas de PIB. Las únicas comunidades con un déficit significativo son las dos regiones mediterráneas que suelen presentar los déficits más elevados: Valencia y Murcia, seguidas a mucha distancia por Cataluña.
Según Fedea, en términos generales, la mejora del saldo presupuestario proviene en primer lugar de la positiva evolución de los ingresos, gracias sobre todo al mantenimiento de las transferencias estatales “a un nivel muy elevado” y al aumento de las ayudas de la UE. Este aumento ha sido suficiente para más que compensar el fuerte repunte del gasto, tanto corriente como de capital.
LA DEUDA AUTONÓMICA
El trabajo también se ocupa de la evolución de la deuda de cada comunidad autónoma entre 2003 y 2021. Aunque todas las autonomías han aumentado su deuda “muy sustancialmente durante la anterior crisis”, hay diferencias muy importantes entre las que han ido aumentando con el tiempo en términos absolutos pero no relativos.
En la actualidad, las comunidades menos endeudadas en relación con su PIB son Madrid, Canarias y las comunidades forales, mientras que las que soportan una mayor carga de deuda son Murcia, Cataluña, Castilla-La Mancha y, sobre todo, Valencia, que se acerca a un 50 por ciento.