MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
Los acuerdos comerciales post-Brexit entre Reino Unido con Australia y Nueva Zelanda entraron en vigor en la medianoche (23.00 hora española) del martes tras finalizar sus respectivos procesos de ratificación internos entre críticas, en el caso del suscrito con Canberra, por ser lesivo para el campo británico y solo incrementar en un 0,08% el PIB de Gran Bretaña de cara a 2035.
Estos tratados, los primeros que se aplicarán tras consumarse la salida del Reino Unido de la Unión Europea, prevén que decaigan los aranceles a las exportaciones del Reino Unido hacia los países oceánicos, que haya pleno acceso a sus mercados de servicios y que los requisitos burocráticos para el comercio electrónico se reduzcan.
“Empresas por todo el país podrán ahora cosechar los beneficios de nuestro estatus como nación comercial independiente y aprovechar nuevas oportunidades e impulsar el crecimiento económico, la innovación y mejores salarios”, ha valorado la secretaria de Empresa y Comercio, la conservadora Kemi Badenoch, para añadir que se está ante un “momento histórico”.
Asimismo, en el caso australiano, se proporcionará mayor seguridad jurídica por reducir los riesgos asociados sobre las decisiones de inversión y permitirá el acceso, tanto de británicos como de australianos, a los mercados laborales de ambos países. A su vez, también se flexibilizarán las condiciones de viaje de los jóvenes británicos, que podrán trabajar sin visado en el país australiano por un tiempo de tres años.
Según análisis realizados en el pasado por el propio Gobierno, el tratado con Canberra espoleará intercambios comerciales por valor de 10.400 millones de libras (12.045 millones de euros). No obstante, el propio Ejecutivo ya reconoció en 2021 que el impacto total en la economía británica hasta 2035 apenas sería del 0,08%, o, aproximadamente, 2.300 millones de libras (2.664 millones de euros).
Además, el sector primario del país se ha mostrado crítico con el acuerdo por no ser equilibrado y por colocarles en posición de desventaja frente a sus pares australianos y neozelandeses.
En este sentido, el propio exsecretario de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, George Eustice, que ocupó el cargo con los primeros ministros Boris Johnson y Liz Truss durante la negociación del tratado, admitió a finales de 2022 que el pacto comercial “no es, en realidad, un muy buen acuerdo”, ya que “el Reino Unido concede demasiado a cambio de muy poco”.