Endesa obtuvo un beneficio neto ordinario de 832 millones de euros en el primer semestre del año, lo que representa una caída del 26% con respecto al ejercicio anterior, informó la compañía, que a pesar del contexto de mercado adverso, ha reafirmado sus objetivos para el ejercicio.
En concreto, el resultado de la energética en el periodo se vio impactado por el fuerte repunte de las materias primas, especialmente el gas, y por el precio medio de los derechos de emisión de CO2, que ha llevado al precio de la electricidad en el mercado mayorista a duplicarse, en promedio, respecto al primer semestre de 2020.
Y es que Endesa, que vende más energía de la que produce, necesita comprar energía en el mercado, beneficiándose cuando los precios caen, como ocurrió el año pasado, pero viéndose perjudicada en sus cuentas si están altos.
A pesar de ello, el grupo ha reafirmado sus guías para el conjunto de 2021 de una beneficio neto de 1.700 millones de euros y un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 4.000 millones de euros.
En cifras comparables, excluyendo el efecto neto de las provisiones de 2020, el descenso en el beneficio neto del grupo dirigido por José Bogas sería de sólo un 3%.
Endesa indicó que espera una normalización progresiva de las condiciones de mercado para el segundo semestre del año. Además, la compañía está tomando decisiones de gestión para compensar el efecto de la volatilidad de las materias primas en nuestra cuenta de resultados.
El Ebitda de la empresa a cierre de junio se situó en los 1.879 millones, un 19% menos que en el primer semestre del año anterior. En términos comparables, excluyendo el efecto neto de las provisiones de 2020, el descenso fue del 4%.
La adversa coyuntura ha afectado al comportamiento de los negocios liberalizados (Generación y Comercialización), que son los que fundamentalmente reducen su Ebitda en los primeros seis meses de 2021 respecto al pasado ejercicio.
Los ingresos de la energética de enero a junio ascendieron a 10.272 millones de euros, con un incremento del 15,6% frente a los 8.883 millones de euros del mismo periodo de 2020.
DEUDA NETA CRECE HASTA LOS 8.184 MILLONES.
La deuda neta de la energética alcanza los 8.184 millones de euros, lo que supone un alza de 1.300 millones derivada de la coyuntural evolución negativa del flujo libre de caja y del pago del dividendo a cuenta de los resultados de 2020 realizado en enero.
La ratio de apalancamiento (deuda neta respecto al Ebitda) se situaba en 2,1 veces, en términos comparables con el primer semestre de 2020. El coste de la deuda se mantiene bajo, con un interés medio del 1,7% (misma cifra que al cierre del año pasado).
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