MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El volumen de operaciones de capital riesgo disminuyó en 2022 un 26% en importe y un 15% en operaciones respecto a 2021, aunque, aun así, el año pasado fue el segundo más activo de la historia, ha señalado McKinsey Global Private Markets en su Informe Global de Mercados Privados 2023.
La captación de fondos en los mercados privados mundiales se redujo un 11% en 2022, siendo el sector inmobiliario (-23%) y el de capital riesgo (-15%) los que cayeron más precipitadamente desde los récords históricos alcanzados en 2021.
Por contra, el crédito privado se mostró resiliente e, incluso, creció un 2%. A medida que se agotaba la financiación bancaria en el segundo semestre del año, los inversores privados llenaron el vacío, financiando más del 80% de las operaciones de capital riesgo en el mercado intermedio.
La captación para infraestructuras y recursos naturales creció un 7%, hasta alcanzar un máximo histórico de 158.000 millones de dólares (145.329 millones de euros) en 2022, beneficiándose del cierre de un total sin precedentes de cinco fondos de más de 10.000 millones de dólares; estos fondos representaron un asombroso 47% de la captación total de fondos.
En conjunto, los fondos de más de 5.000 millones de dólares recaudaron 445.000 millones de dólares (409.312 millones de euros) en 2022, lo que supuso el 35% de la recaudación total de fondos de capital privado. Por el contrario, los fondos de menos de 5.000 millones de dólares disminuyeron un 44% y solo se crearon 2.141 fondos en 2022, 1.600 menos que en 2021.
La consultora ha explicado que el aumento de la inflación y los tipos de interés, la guerra de Ucrania y el descenso de las valoraciones de los mercados públicos provocaron un “efecto denominador”, un aumento de las aportaciones de los socios a los mercados privados. La recaudación de estos últimos en América del Norte aumentó un 2% respecto a 2021, mientras en Asia y Europa se desplomaron un 39% y un 28%, respectivamente.
“Una de las razones de esta caída en el nivel de ‘fundraising’ de fondos privados en Asia, particularmente en China, es el rápido aumento consecutivo durante varios años hasta 2017 que llevó a una gran cantidad de liquidez disponible para las sociedades.
Como respuesta, las firmas frenaron la recaudación de fondos en Asia para poder invertir su excedente de liquidez”, ha indicado el socio director de McKinsey & Company y líder global de la práctica de Private Equity, Alejandro Beltrán. Además, ha agregado que las consecuencias de la pandemia y los confinamientos en China impactaron negativamente en el ‘fundraising’.
El informe de este año también ha examinado el comportamiento de los activos gestionados, que tuvieron un crecimiento del 19% interanual en la primera mitad de 2022 en los mercados privados. En esta evolución ha influido el crecimiento del valor liquidativo (NAV), que impulsó el 80% del resultado. Además, los resultados positivos en el crédito privado y las infraestructuras añadieron valor a los activos de la cartera.
Según McKinsey, 2022 está en camino de ser el mejor año para los fondos relacionados con asuntos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), con una recaudación de 23.600 millones de dólares (21.707 millones de euros) en la primera mitad de 2022.
Así, las inversiones relacionadas con la sostenibilidad han aumentado un 11%, en contraste con la disminución en el capital riesgo. Y, si bien las inversiones energéticas tradicionales crecieron por la crisis energética y el encarecimiento del precio del gas y el petróleo, la trasición energética sigue siendo la “estrella de la inversión a largo plazo”, llegando a un máximo histórico de 158.000 millones de dólares (145.329 millones de euros).