MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El saldo vivo del crédito hipotecario en España declarado por las entidades de crédito a junio de 2021 ascendió a 630.910 millones de euros, unos 7.000 millones menos que el saldo registrado un año antes, un 1,1% menos en términos relativos, según los datos del Banco de España recopilados por la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
En un comunicado, la AHE explica que esta caída muestra una ralentización en el ritmo de amortizaciones netas de capital, pues en junio de 2020 se registró un descenso del 2,6%, mientras que en junio de 2019, la caída era del 2,9%.
La asociación atribuye esta evolución fundamentalmente al epígrafe de bancos y cajas, que reflejaron un descenso interanual del 1,4% ensu balance, pese a moderarse la caída, pues las cooperativas de crédito registraron un incremento neto del saldo de un 2,0%, tras varios años en negativo.
En cuanto al saldo en vigor de las exposiciones para adquisición de vivienda, que suponen en torno a un 75% del saldo total, la AHE destaca que en el primer semestre las nuevas originaciones habrían compensado, por primera vez en una década, la caída vegetativa del saldo que tiene lugar por la vía de las amortizaciones.
En concreto, el saldo en vigor declarado por las entidades de depósito en el crédito garantizado con hipoteca para la adquisición de vivienda, que asciende a 475.464 millones de euros a junio de 2021, habría registrado un incremento interanual de un 0,6% este último semestre, dato que “evidenciaría el favorable recorrido que ha mostrado la actividad hipotecaria en estos meses más recientes”, afirma la asociación.
Por el lado del pasivo, las entidades han disminuido su cuota en títulos hipotecarios. En comparación con el primer semestre de 2020, la cuota de financiación del crédito hipotecario a través de estos títulos ha disminuido cuatro puntos porcentuales, pasando del 51% de la cartera viva observado en 2020 al 47% actual.
Atendiendo al mecanismo de financiación empleado, la AHE observa la pérdida de dinamismo de las cédulas hipotecarias, principal recurso de financiación de las carteras hipotecarias con doble recurso para el acreedor, que a lo largo de los últimos 12 meses han disminuido un 6,7% su saldo en balance, desde los 229.415 millones de junio de 2020 hasta los 214.065 millones de euros actuales.
También los activos hipotecarios titulizados habrían experimentado una significativa caída, que se traduce en un saldo de emisiones en circulación un 14,5% menos que los casi 95.000 millones de euros correspondientes a junio de 2020.
Por su parte, otro de los recursos de financiación minorista para las entidades, los depósitos del sector privado residente, ha continuado registrando crecimientos estables desde 2018, apoyado también por el fenómeno de la banca electrónica. El balance de las cesiones temporales de activos desde la segunda mitad del año 2020 ha crecido significativamente, recuperando parte del terreno perdido durante los años previos, mientras que las imposiciones a plazo fijo se mantienen a la baja, según recoge la asociación.
“LO PEOR DE LA CRISIS YA HA PASADO”
Además, los datos recogidos por la AHE muestran que las nuevas originaciones vienen presentando tasas de actividad positivas desde mediados del año 2020, situándose en el primer semestre de este año el volumen formalizado apenas por debajo de los 30.000 millones de euros, un 60% más de lo que se declaró en la primera parte de 2020.
“La mejora de las perspectivas económicas dentro de un contexto de condiciones de financiación muy favorables, podrían haber animado a esa parte del mercado con empleos más estables a acceder al mercado por primera vez o bien, a aquellos que ya tenían previamente una vivienda a buscar un nuevo hogar donde satisfacer sus necesidades actuales”, señala.
Así, la AHE considera que, de mantenerse los niveles actuales de contratación, que incluso superan los volúmenes de 2019, se podría entender que en un futuro cercano la situación revirtiera, de manera que el saldo hipotecario registrara tasas interanuales positivas.
De hecho, la asociación señala que en la rúbrica del crédito a la vivienda este movimiento “ya se ha producido”, tras registrar en el segundo trimestre de 2021 un ligero incremento de un 0,6% dentro del balance de las entidades de depósito.
“Las mejoras registradas recientemente todavía no clarifican si el dinamismo ha sido producto de un comportamiento transitorio efecto de la demanda embalsada o si, por el contrario, se trata de una demanda más estable, pero lo que sí parecen confirmar los datos es que lo peor de la crisis ya ha pasado. Para ello, habrá que estar pendientes los próximos meses para ver si se consolidan tendencias”, concluye.