Moody’s rebaja el rating de diez pequeños bancos de EE.UU. y pone en revisión negativa el de otros seis de mayor tamaño
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El anuncio por sorpresa del Gobierno de Italia de que introducirá una medida “de equidad social” que gravará con un 40% los beneficios extraordinarios de la banca en 2023 ha supuesto un duro golpe para el sector, que ha sucumbido en la sesión de la Bolsa de Milán con pérdidas en algunos casos superiores al 10% y que ha hecho tambalear también la cotización de otras entidades del Viejo Continente.
Además del anuncio del Ejecutivo liderado por Giorgia Meloni, la cotización de los bancos recibía otra mala noticia al otro lado del Atlántico en forma de rebaja de calificación por parte de Moody’s de la solvencia de una decena de pequeñas entidades estadounidenses, así como el empeoramiento de la perspectiva del rating de otros once bancos pequeños y medianos y la colocación en vigilancia negativa de las calificaciones de media docena de entidades más.
De tal modo, al cierre de la sesión del martes en la Bolsa de Milán, las acciones de entidades como Bper cedían un 10,94%, mientras que las de la Banca Monte Paschi di Siena (BMPS), la entidad más antigua del mundo, se dejaban un 10,83%, y las del Banco BPM perdían un 9,09%.
Asimismo, el resto de bancos italianos cotizados no escapaba del correctivo y cerraban con importantes caídas, que en el caso de Intesa Sanpaolo llegaban al 8,67% y en el de Mediolanum al 5,96%, mientras que UniCredit cedía un 5,94% y Mediobanca salvaba la sesión con un recorte del 2,48%.
Al margen de los bancos italianos, en el resto de Europa el contagio del nerviosismo inversor era visible en la cotización del subíndice Stoxx Banks, que aglutina a las principales entidades bancarias de la zona euro, que ha cerrado la sesión en 108,81 puntos, cayendo un 3,66% respecto al lunes.
En concreto, entidades de la eurozona como Deutsche Bank (-3,84%) y Commerzbank (-3,34%) también reflejaban el impacto del anuncio en Italia, mientras que entre los bancos franceses BNP Paribas perdía un 3,01% y Crédit Agricole un 2,46%, mientras que Société Générale se dejaba un 1,70%.
De su lado, los bancos holandeses ING y ABN Amro lograban capear la sesión con bajadas del 2,09% y del 1,57%, respectivamente.
En el caso de la banca española también se han registrado descensos generalizados, liderados por Banco Santander (-2,71%), por delante de Unicaja Banco (-2,45%), Banco Sabadell (-2,16%), BBVA (-1,92%), Bankinter (-1,87%) y CaixaBank (-1,48%).
El Consejo de Ministros de Italia anunció a última hora del lunes la introducción de un impuesto en 2023 que gravará con un 40% los beneficios extraordinarios contabilizados por la banca del país, cuya recaudación se destinará a ayudar a los hipotecados y a rebajar la carga fiscal de los ciudadanos.
“El Consejo de Ministros aprobó una regla de equidad social que es un gravamen sobre las ganancias bancarias extra en 2023”, anunció en rueda de prensa el vicepresidente del Gobierno de Italia y ministro de Transportes e Infraestructuras, Matteo Salvini.
En este sentido, el ministro indicó que todos los ingresos procedentes del nuevo impuesto se destinarán a ayudas para las primeras hipotecas de vivienda y a recortes de impuestos.
En su exposición, Salvini defendió la introducción del gravamen extraordinario a la banca porque la subida de los tipos de interés como consecuencia del endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ha supuesto un aumento del coste del dinero para familias y empresas, “pero no ha habido una subida igual de rápida, diligente y significativa en cuanto a los consumidores que tienen depósitos en cuentas corrientes”.
Sin querer entrar a valorar la potencial recaudación del impuesto, el ministro italiano indicó que “basta mirar el primer semestre de 2023 de los bancos” para entender que no estamos hablando de un puñado de millones, sino de algunos miles de millones.
Posteriormente, en un mensaje publicado en su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, Salvini aseguraba que el nuevo impuesto pretende “utilizar parte de las millonarias ganancias de los bancos para ayudar a las familias y empresas afectadas por la subida de tipos”.
REBAJA DE LA SOLVENCIA DE LA BANCA DE EE.UU.
Por otro lado, la agencia de calificación crediticia Moody’s ha rebajado la nota de solvencia a largo plazo de una decena de pequeñas y medianas entidades bancarias de Estados Unidos, mientras que ha colocado en revisión de cara a un posible recorte de ‘rating’ a otros seis bancos de mayor tamaño y ha revisado la perspectiva de las calificaciones de once entidades más.
En su análisis, Moody’s advierte de que los bancos estadounidenses continúan lidiando con los riesgos relacionados con los tipos de interés y la gestión de activos y pasivos con implicaciones para la liquidez y el capital, ya que el final de la política monetaria no convencional drena los depósitos de todo el sistema y las tasas más altas reducen el valor de los activos a tipo fijo.
“Los resultados del segundo trimestre de muchos bancos mostraron crecientes presiones de rentabilidad que reducirán su capacidad para generar capital interno”, señala la calificadora de riesgos, apuntando que esta circunstancia se produce cuando se avecina una recesión leve en EE.UU. para principios de 2024 y la calidad de los activos parece destinada a empeorar desde niveles sólidos, pero insostenibles, con riesgos particulares en las carteras de inmuebles comerciales (CRE) de algunos bancos.
De tal manera, Moody’s considera que el aumento de los costes de financiación y la disminución de las métricas de ingresos erosionarán la rentabilidad de las entidades, el primer amortiguador contra las pérdidas, algo que podía apreciarse ya en las cuentas publicadas del segundo trimestre, mientras que, a pesar de que la fuga de depósitos causada por el ajuste cuantitativo (QT) se moderó, sigue existiendo un riesgo significativo de que los depósitos reanuden su declive en los próximos trimestres.
Asimismo, los resultados muestran que los bancos han reducido el crecimiento de los préstamos para preservar capital, pero esto ralentizará el cambio de los balances hacia activos de mayor rendimiento, incluso cuando los costes de financiación aumenten y los bancos se enfrenten a una inversión de la curva de rendimiento, señala la agencia.
Por otro lado, Moody’s advierte de que la mayoría de los bancos regionales de EE.UU. tienen un capital regulatorio comparativamente bajo en comparación con los bancos estadounidenses más grandes y sus pares globales, lo que, en el entorno actual de tasas altas, deja a algunos bancos vulnerables a una pérdida de confianza de los inversores.
De este modo, Moody’s ha degradado la nota de solvencia a largo plazo de una decena de pequeñas entidades, incluyendo los ratings de M&T Bank, Pinnacle Financial, BOK Financial, Webster Financial, Commerce Bancshares, Old National Bancorp, Prosperity Bancshares, Amarillo National Bancorp, Fulton Financial y Associated Banc-Corp.
Asimismo, la calificadora de riesgos ha colocado en vigilancia para una potencial rebaja de rating las notas de otras seis entidades como Bank of New York Mellon, U.S. Bancorp, State Street, Truist Financial, Cullen/Frost Bankers y Northern Trust .
De su lado, la agencia ha empeorado a negativa la perspectiva del rating de otros once bancos, incluyendo algunos tan destacados como Capital One, Citizens Financial, PNC Financial Services Group, Ally Financial o Fifth Third Bancorp.