MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El Índice Registral de Actividad Inmobiliaria (IRAI) elaborado por el Colegio de Registradores muestra un avance interanual del 8,2% en el segundo trimestre del año, ralentizando el crecimiento de trimestres anteriores, donde los incrementos superaron ampliamente los dos dígitos.
A pesa de ello, continuó un crecimiento “importante” de la actividad durante el segundo trimestre, según destacan los registradores, que apuntan que la evolución de 2022 compensa ya claramente los descensos de 2020, y el crecimiento de los cinco últimos trimestres, aunque matizado por la comparación con los peores momentos de la pandemia en 2020, sigue mostrando todavía “significativos” crecimientos de la actividad inmobiliaria global.
En cuanto a los componentes de la evolución del IRAI al término del segundo trimestre, el crecimiento se produjo fundamentalmente por el incremento en el área de propiedad (+11,9%), nuevamente debido al gran aumento de compraventas (+18,1%) y del incremento del número de hipotecas (+12,2%), acompañados del precio de las compraventas (+9,1%) y también del importe de las hipotecas (+5,8%).
En el área de las sociedades mercantiles se produjo un ligero descenso del 1,1%, debido sobre todo al sector de la construcción (-1,4%), mientras que el sector inmobiliario se situó en el -0,2%.
De esta forma, el valor del índice creció muy levemente hasta 125 frente a los 124,8 que alcanzó el trimestre anterior y el índice suavizado, libre de factores estacionales, se situó en 116,9 frente a la cifra de 114,6 alcanzada en el trimestre anterior.
Desde el segundo trimestre de 2020, que marcó 96,4, se viene produciendo una recuperación de la actividad inmobiliaria, a excepción del ligero descenso del cuarto trimestre de 2021.
Esta evolución trimestral ligeramente favorable se ha debido, sobre todo, a la tendencia positiva de la actividad de propiedad (0,4%), mientras que en la parte mercantil del IRAI, esencialmente más constante en los últimos trimestres, ha caído el 0,7%.
El índice es el único que conjuga transacciones e hipotecas inmobiliarias inscritas en los registros de la propiedad (enfoque desde la demanda) con la actividad mercantil del sector de la construcción e inmobiliario (enfoque desde la oferta).