MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado dos décimas al alza su previsión de crecimiento para 2023, cuando la economía mundial frenará su expansión al 2,9% desde el 3,4% de 2022, mientras que un año después anticipa un rebote del 3,1%, una décima menos de lo estimado en sus proyecciones del pasado otoño.
“La subida de las tasas de interés de los bancos centrales para combatir la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania continúan lastrando la actividad económica”, explica la entidad, para la que la reciente reapertura de China “ha desbrozado el camino para una recuperación más veloz de lo anticipado”.
A pesar de esta ligera mejoría de la previsión de crecimiento para 2023, la institución internacional ha advertido de que la expansión prevista se sitúa por debajo de la media histórica entre 2000 y 2019 del 3,8%.
“No se prevé que el PIB mundial ni el PIB mundial per cápita registren un crecimiento negativo, algo que suele ocurrir cuando se produce una recesión mundial”, destaca la institución en la actualización de sus perspectivas económicas mundiales.
En cuanto a la evolución de los precios, el FMI prevé que la inflación mundial disminuirá del 8,8% correspondiente a 2022 hasta el 6,6% en 2023 y al 4,3% en 2024, niveles aún superiores a los observados antes de la pandemia, cuando la tasa de inflación rondaba el 3,5%.
Asimismo, el FMI anticipa que el endurecimiento de la política monetaria ejercerá un efecto de enfriamiento sobre la inflación, que descenderá a escala mundial del 6,9% en el cuarto trimestre de 2022al 4,5% en el cuarto trimestre de 2023.
“Aun así, el proceso de desinflación tomará tiempo”, advierte el FMI, que avisa de que para 2024 los niveles medios de la inflación anual general y subyacente aún se situarán por encima de los niveles previos a la pandemia en el 82% y el 86% de las economías, respectivamente.
De este modo, a pesar de que la balanza de riesgos continúa inclinada a la baja, el FMI considera que los riesgos adversos “se han moderado”, destacando que los factores que pueden impulsar al alza serían una contribución mayor de la demanda reprimida en numerosas economías o una caída más veloz de la inflación.
Entre los riesgos a la baja para el crecimiento, el Fondo advierte de una peor evolución sanitaria en China que frenase la recuperación, la intensificación de la guerra en Ucrania y un endurecimiento de las condiciones mundiales de financiación que agudizase las tensiones por sobreendeudamiento.
Asimismo, advierte del riesgo de que los mercados financieros puedan reevaluar súbitamente los precios en respuesta a novedades adversas en cuanto a la inflación, en tanto que la fragmentación geopolítica podría frenar el progreso económico.
“En la mayoría de las economías, ante la crisis del coste de vida, la prioridad sigue siendo lograr una desinflación sostenida”, recomienda el FMI, que recuerda que el apoyo fiscal debe focalizarse mejor en los grupos más afectados por la crisis alimentaria y energética, retirándose las medidas de alivio fiscal generalizadas.
PREVISIONES.
La desaceleración de la economía mundial en 2023 contemplada por las nuevas proyecciones del FMI obedece a la peor evolución de las economíasavanzadas, mientras que en las economías de mercados emergentes y en desarrollo se estima que el crecimiento tocó fondo en 2022 y que el crecimiento ganará impulso en 2023 gracias a la reapertura de China.
En concreto, las previsiones del FMI anticipan un crecimiento del 1,2% en 2023 de las economías más avanzadas y del 1,4% en 2024, lo que supone una mejora de una décima para este año, pero una rebaja de dos décimas para el siguiente en comparación con los pronósticos del pasado octubre.
Entre las economías más desarrolladas, el PIB de Estados Unidos registrará este año una expansión del 1,4%, cuatro décimas más de lo previsto anteriormente, aunque el FMI ha recortado dos décimas su pronóstico para 2024, cuando la mayor economía mundial crecerá un 1%.
Asimismo, ha mejorado sus proyecciones para la eurozona, cuyo PIB crecerá un 0,7% en 2023, frente al 0,5% estimado previamente, y un 1,6% el próximo año, dos décimas menos de lo anticipado en octubre.
En concreto, el FMI prevé ahora que Alemania logrará crecer un 0,1% en 2023, cuando en octubre anticipaba una contracción del 0,3%, mientras que para 2024 espera una expansión germana del 1,4%, una décima menos que en octubre, mientras que para Francia mantiene el pronóstico del 0,7% este año y el 1,6% un año después.
Asimismo, el organismo ha mejorado ocho décimas su pronóstico para Italia en 2023, con un 0,6%, aunque rebaja cuatro décimas el del próximo año, hasta el 0,9%. En el caso de España, el FMI revisa a la baja sus pronósticos de 2023 y 2024, con rebajas de una y dos décimas, respectivamente, hasta el 1,1% este año y el 2,4% en 2024.
En cuanto a la inflación, en las economías avanzadas se proyecta que esta disminuirá del 7,3% en 2022 al 4,6% en 2023 y el 2,6% en 2024, por encima del objetivo fijado como meta en varios casos.
CHINA TIRA DE LOS EMERGENTES Y RUSIA DESAFÍA LA PREVISIONES.
De su lado, las previsiones para las economías emergentes y en desarrollo apuntan a un crecimiento del PIB del 4% este año y del 4,2% en 2024, lo que implicaría una mejora de tres décimas este año respecto del pronóstico anterior, aunque una rebaja de una décima para el próximo año.
Esta mejoría refleja la revisión al alza de la previsión de crecimiento para China en 2023, cuando crecerá un 5,2% en vez del 4,4% anticipado en octubre, mientras que mantiene sin cambios la expansión del 4,5% prevista para 2024.
Asimismo, la institución mantiene sin cambios sus pronósticos de crecimiento para India, con una expansión del 6,1% en 2023 y del 6,8% en 2024, mientras que ha revisado sustancialmente al alza las proyecciones para Rusia, que crecerá este año un 0,3%, cuando anteriormente anticipaba una contracción del 2,3%, mientras que en 2024 lo hará un 2,1%, frente al 1,5% proyectado en octubre.
En las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el FMI proyecta que la inflación anual descienda del 9,9% en 2022 al8,1% en 2023 y el 5,5% en 2024, es decir, por encima de la media del 4,9% previa a la pandemia.
En el caso de los países de bajos ingresos se proyecta que la inflación se modere desde el 14,2% en 2022 al 8,6% en 2024, niveles aún elevados pero cercanos a la media anterior a la pandemia.