MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El crecimiento de la actividad manufacturera de la zona euro se estabilizó en el mes de noviembre, a pesar de las dificultades de suministro para las fábricas, según refleja el índice PMI, que alcanzó los 58,4 puntos, frente a los 58,3 de octubre, poniendo fin así a cuatro meses consecutivos de desaceleración.
La producción manufacturera de la zona euro aumentó sólidamente en noviembre y se observó una tendencia similar en el flujo de nuevos pedidos recibidos, aunque algunas empresas encuestadas comentaron “cierta normalización” del crecimiento de la demanda tras el aumento excepcional de meses anteriores, si bien otras atribuyeron este menor flujo de encargos a problemas relacionados con la oferta y al aumento de los precios.
“Una lectura sólida del índice PMI enmascara cuán difíciles son las condiciones empresariales para los fabricantes en este momento”, advirtió Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, señalando que, a pesar de que la demanda sigue siendo fuerte, las cadenas de suministro continúan deteriorándose a un ritmo preocupante.
En este sentido, tal y como ha ocurrido en las encuestas recientes, los últimos datos mostraron presiones todavía considerables sobre los proveedores y, una vez más, los plazos medios de entrega se alargaronsustancialmente, reflejando diversos factores, incluyendo la escasez de materiales, la escasa disponibilidad de transporte y los problemas depersonal.
Asimismo, mientras que los costes de los insumos aumentaron al tercer mayor ritmo de toda la serie, las empresas elevaron los precios cobrados con la mayor intensidad desde que comenzaron a recopilarse datos en noviembre de 2002 con el fin de aliviar la presión sobre los márgenes de beneficios.
En este sentido, Chris Williamson apuntó que el incrementode las tarifas cobradas “sugiere que la inflación al consumidor tiene que aumentar aún más”.
De cara al futuro, el experto advirtió de que el aumento de los contagios por Covid-19 plantea cada vez más dudas sobre las perspectivas a corto plazo, lo que amenaza con agravar aún más los problemas de las cadenas de suministro y, al mismo tiempo, desviar el gasto de los servicios hacia los bienes de consumo, lo que agravaría el desequilibrio entre la oferta y la demanda.