MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El comportamiento gregario es uno de los sesgos más comunes entre los inversores debido al ‘fear of missing out’ (FOMO), que hace que estos tomen decisiones que “pueden no favorecerles solo por el hecho de que otros lo están haciendo”.
Así lo explica Mapfre en un artículo publicado recientemente, en el que señala que solo hay otro sesgo más común que el comportamiento gregario: la aversión a las pérdidas por encima de la búsqueda de ganancias.
“Este sesgo provoca que las personas valoren más evitar pérdidas que buscar ganancias, lo que implica que se evite tomar pequeños riesgos, aunque estos puedan valer la pena. Por ejemplo, en un contexto de inflación, podría ser cuando las personas prefieren ahorrar el dinero en lugar de invertirlo”, señala la aseguradora.
La publicación especifica que existen mecanismos inconscientes que están presentes en la relación de los inversores con el dinero, en la que los rasgos de personalidad influyen en las finanzas personales.
De cara a tomar buenas decisiones a la hora de invertir, Mapfre recomienda gestionar las emociones, no confiarse en exceso y evitar hacer lo mismo una y otra vez esperando un resultado diferente.
“Cuanto mayor es el componente emocional de una decisión, como puede ser en situaciones de inestabilidad y nerviosismo como la actual, mayor es la probabilidad de que caigamos en estos errores a la hora de analizar la realidad y tomar decisiones”, destaca la publicación.
La pandemia es uno de los ejemplos más recientes en los que los inversores se vieron obligados a tomar decisiones en tensión, lo que tuvo consecuencias para la salud mental de muchos de ellos.
Según una encuesta de Efpa realizada a finales del año pasado, el 96% de los asesores afirmó que sus clientes habían cambiado su comportamiento como consecuencia de las incertidumbres económicas y financieras a raíz de la pandemia.
La consecuencia de la incertidumbre experimentada en esos meses es que el 43,2% de los asesores señala que sus clientes toman más decisiones basadas en la emoción o sentimientos y prácticamente todos consideran que los problemas financieros pueden afectar a la salud física y mental de las personas y, en particular, de los inversores.
Lo confirma el profesor de psicología social de la Universidad CEU San Pablo, Fernando Miralles, que ha explicado, en declaraciones previas a Europa Press, que el aumento de la ansiedad fruto de la pandemia ha hecho que los inversores lleven a cabo actos impulsivos.
Asimismo, el 47,1% de los asesores apreció síntomas claros de ansiedad en sus clientes, lo que les llevó a tomar decisiones equivocadas, mientras que el 49% detectó “cierto nerviosismo” en estos durante los primeros meses, pero sin efectos importantes en los resultados de sus carteras.
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