Una mesa redonda aborda el objetivo de que el 80% de los trabajadores europeos estén amparados por convenios colectivos
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 22 (EUROPA PRESS)
El comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, ha afirmado que “llegó el momento de dar un paso más allá” para implementar la democracia en el trabajo y la “codecisión” de los empleados, que es de “extrema importancia”, por lo que ha pedido “reflexionar muy en serio” sobre ello.
Durante se intervención en una nueva jornada de la cumbre europea de empleo que se celebra en Santiago de Compostela, Schmit ha abogado por “introducir más democracia” en las empresas, algo que ya han hecho “algunos estados” a través de un sistema “parecido a la codecisión” para “hacer participar a los que trabajan en la empresa”. “No es normal que un fondo de inversiones campe a sus anchas” y “destroce empleos”, sin que los que llevan años trabajando no tengan derecho a hablar. “No es aceptable”, ha apostillado.
Ha apuntado que incluso los empresarios estadounidenses han reconocido lo “erróneo” de los últimos tiempos de no haber introducido más participación de los trabajadores y “criterios extrafinancieros”. Por ello, ha apelado a un “nuevo equilibrio en la toma de decisiones”, “cambiar el modo de cómo se dirigen las empresas”.
Y es que el “criterio de sostenibilidad no gira en torno únicamente a medio ambiente”, sino también a mejores condiciones de trabajo mediante la negociación colectiva. “Tiene que haber más codecisión” y “debatir conjuntamente decisiones”, ha subrayado.
De hecho, ha avisado de que el “entorno ha cambiado” debido a que “muchos jóvenes no solamente piden empleo”, sino que se preocupan acerca de “qué valores” tiene la empresa. Si no se consigue “subir a bordo” a esos talentos jóvenes, las empresas “tendrán un problema”, advierte. “Necesitamos darle a los jóvenes un objetivo”, una motivación para que trabajen en las compañías.
“REINVENTAR EL PROYECTO EUROPEO”
Tras iniciar su intervención con una mención a la “maravillosa ciudad” que es Santiago, que considera el “lugar más adecuado” para hablar del futuro de Europa, ha apostado por “reinventar el proyecto europeo”, pero “la incertidumbre es mucho mayor si no se sabe en qué dirección quiere uno encaminarse”.
Ha expuesto que Europa tiene que “transmitir valores” y la “democracia significa el respeto del individuo”. Por ello, cree necesario “reconfigurar” las políticas para adaptarse a los cambios.
Así, se ha referido a la relevancia de garantizar que la tecnología “haga progresos”, puesto que esta es neutra y de ella se puede sacar “lo mejor y lo peor”.
En lo tocante a la inteligencia artificial, Schmit ha dicho no ser “agorero”, pues no cree que haya llegado “el final del mundo” y que las máquinas nos vayan a “dominar” ni ser “todos esclavos de una supercomputadora”. Ha reconocido que hay peligros, pero hay oportunidades para mejores condiciones de trabajo que deben repercutir en que “luego habrá que distribuir equitativamente” los beneficios para que haya menos desigualdad.
PANEL SOBRE DEMOCRACIA EN EL TRABAJO
Posteriormente, se ha celebrado un panel sobre democracia en el trabajo moderado por Reiner Hoffmann, miembro del Comité Económico y Social Europeo (EESC), quien ha apuntado al objetivo de que el 80% de los trabajadores europeos estén cubiertos por convenios colectivos.
Por su parte, la ministra de Trabajo de Portugal, Ana Mendes Godinho, ha destacado que la democracia en el trabajo es fundamental, y ha puesto de ejemplo que en su país se han creado incentivos fiscales a las empresas que aumenten salarios, pero “solo si había diálogo social”. Esto “ha arrojado unos resultados excelentes”, pues este mes ha tenido lugar “un aumento del 54% del numero de convenios colectivos que se han firmado” en el país luso. Además, ha relatado que hay un proyecto para probar la semana laboral de cuatro días.
Asimismo, durante este debate, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sentenciado que “es imprescindible que sean radicalmente reformadas” dos directivas europeas sobre información a trabajadores y comités de empresa europeos, puesto que tienen una “antigüedad de más de 20 años” y deben adaptarse a los cambios digitales y ecológicos. De hecho, ha indicado que “tiene que haber algún modo de sanción” para que sus medidas se cumplan.
La secretaria de Estado del Ministerio de Trabajo de Suecia, Sophia Metelius, ha relatado que su país lleva décadas de buenos resultados de diálogo social, en donde las empresas implican a sus trabajadores y “no quieren que los políticos intervengan”. Ha explicado que ella trabaja para un gobierno conservador, pero “todos” los partidos suecos están a favor de este sistema, en el que el 90% de los trabajadores suecos están cubiertos por convenios colectivos.
El presidente del Comité Económico y Social Europeo (EESC), Oliver Röpke, ha dejado claro que la democracia en el trabajo “tiene que ser parte del sistema”. Y es que los trabajadores deben hacer oír su voz “de manera contundente” en las empresas, para lo cual requiere que haya normas “vinculantes mínimas” a nivel europeo que las compañías no puedan sortear.
“No solo necesitamos más trabajos, sino de calidad”, resalta Röpke. “No podemos permitirnos que haya trabajadores de primera y de segunda”, ha apostillado.
“Necesitamos más democracia en el trabajo”, ha coincidido la secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos, Esther Lynch, quien ha propuesto que los empleados deben decidir en cuestiones acerca de “cómo se usan los beneficios”. Ha considerado una “idea muy antigua” que el empleador “decide y dicta lo que tiene que hacer el trabajador”.
Asimismo, el director de Asuntos Sociales de BusinessEurope, Maxime Cerutti, quien ha contado que es un “placer” estar en Santiago porque él es peregrino, también ha observado la importancia de la democracia en el trabajo, pero también ve “crucial la competitividad industrial”. Igualmente, espera que se alcance un acuerdo para la nueva directiva de teletrabajo y desconexión digital.