Advierte de una tendencia hacia la “desglobalización” y la “regionalización”, lo que perjudicará al comercio internacional
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El Club de Exportadores e Inversores Españoles advierte en su último estudio de que la quiebra del modelo de hiperglobalización de las cadenas globales de suministro (CGS) está dando paso a un nuevo orden basado en la multipolaridad y regionalización.
En su última nota técnica aprobada por su Comité de Reflexión sobre Internacionalización, el Club de Exportadores señala que los profundos cambios que se están operando en la definición, naturaleza y alcance de las cadenas de suministro serían consecuencia de un proceso de desglobalización.
Apunta a que estos cambios se habrían visto acelerados por la política de ‘Covid Cero’ impuesta por las autoridades chinas en el primer semestre de 2022, que supusieron importantes restricciones en las operaciones portuarias del país asiático, con profundas consecuencias para el comercio mundial.
En este sentido, advierte de que actualmente estaría en quiebra el modelo de hiperglobalización de las cadenas de suministro, que ha sido en los últimos 50 años la principal fuerza motriz del comercio internacional y que gravitó sobre la incorporación de por parte de empresas multinacionales de nuevas técnicas de gestión de suministros, como el ‘just in time’ y la irrupción de China como gigante exportador.
El estudio apunta asimismo a la complejidad de las cadenas globales de suministro, gracias al marco global comercial, como un motivo del incremento del riesgo que soportan las empresas que participan en ellas y que ha motivado respuestas defensivas que implican la reubicación de eslabones de las mismas cadenas en otros países menos expuestos.
UN ESCENARIO GEOPOLÍTICO NUEVO
“El mundo se enfrenta a una situación geopolítica absolutamente novedosa, donde las dos potencias que compiten por la hegemonía, China y Estados Unidos, tienen carácter profundamente aislacionista y libran una competencia básicamente económica por los mercados y la tecnología”, explica el autor de la nota técnica y técnico comercial y economista del Estado, Juan José Zaballa.
El también doctor en economía detalla asimismo que uno de los posibles escenarios resultantes será “la intensificación del proceso desglobalizador, la progresiva implantación de un nuevo orden mundial basado en la multipolaridad y, en consecuencia, en la regionalización”.
La evolución previsible de las cadenas de suministro será “hacia cadenas regionales e incluso, en función del tamaño de los respectivos mercados, hacia cadenas nacionales que operen dentro de las fronteras de un solo mercado nacional”.
El experto añade que algunos indicios que apuntan en esta dirección ya forman parte de la actual realidad económica y comercial, como la generalización del principio de autonomía estratégica entre las empresas o el resurgir de políticas industriales nacionales y de políticas proteccionistas. Un ejemplo de estas nuevas estrategias comienza a verse en las empresas que operan en China.
“Bajo el lema ‘In China, For China’ [En China, Para China], el nuevo planteamiento va encaminado a reducir los riesgos de la presencia en ese mercado, sobre todo de aquellas empresas que participan en cadenas globales de suministro en las que el correspondiente producto final es elaborado en este país”, explica Zaballa.
DEL COMERCIO TRADICIONAL A LA INVERSIÓN DIRECTA
El autor del estudio también vaticina que en este nuevo escenario, el comercio tradicional, como el principal canalizador internacional de valor añadido, va a ceder su posición a la inversión directa.
“No bastará con ser exportador, para sobrevivir en el mundo internacional, será también imprescindible contar con las capacidades de inversión y de gestión irrenunciables para convertirse en una multinacional y operar no solo en una cadena global de suministro, sino en diversas cadenas regionales o locales”, indica Juan José Zaballa.
Otra consecuencia del actual proceso de deterioro y reestructuración de las cadenas de suministro por motivos de gestión del riesgo es la reaparición de stocks reguladores, tanto “aguas arriba”, en el caso de materias primas, como “aguas abajo”, en el capítulo de productos terminados, que aseguren la continuidad del proceso de producción y suministro.
“La sustitución del ‘just in time’ [justo a tiempo] por el ‘just in case’ [solo en caso] es una evidencia empírica de un cambio en la consideración empresarial del riesgo”, señala Zaballa.
Por último, el autor cree que ventajas operativas como la que aporta la digitalización de los suministros, que proveen de un conocimiento de la cadena en tiempo real, podrían ser poco relevantes si la empresa no tiene opciones para sustituir proveedores. Por ello, indica que una primera fórmula para mitigar o neutralizar el riesgo inherente a las cadenas de suministro sería la deslocalización para ubicarse junto al suministrador o junto al cliente.
Una segunda posibilidad sería asumir la capacidad de decisión del cliente o del suministrador a través de su adquisición, materializando una integración vertical, ascendente o descendente.