El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona euro, mientras que ha incrementado las expectativas de inflación en sus nuevas proyecciones macroeconómicas, que incluyen una primera evaluación del potencial impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania.
De este modo, el banco central espera ahora que el PIB de la eurozona crecerá este año un 3,7%, en vez del 4,2% anticipado en diciembre, mientras que en 2023 la expansión del PIB será del 2,8%, una décima menos de lo previsto anteriormente, y en 2024 el PIB crecerá un 1,6%, en línea con la proyección de diciembre.
En cuanto a los precios, el BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación, que ahora sitúa en el 5,1% en 2022 y en el 2,1% en 2023, cuando en diciembre anticipaba subidas de precios del 3,2% y el 1,8%, respectivamente. Para 2024, la institución prevé una tasa de inflación del 1,9%, una décima más que lo previsto en diciembre.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reconocido que los riesgos para la economía han aumentado “sustancialmente” como consecuencia de la invasión de Ucrania por Rusia y ha advertido del impacto potencial sobre la demanda que pueden tener mayores subidas de los precios a raíz del alza de la energía y de las materias primas.
De este modo, el BCE tiene previsto publicar escenarios macroeconómicos alternativos para reflejar distintas posibilidades en función de la evolución de la guerra en Ucrania.
A este respecto, Lagarde ha advertido de que la economía de la zona euro se verá afectada por los precios de la energía y de los materias primas “con una inflación considerablemente más alta”.