MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El Banco Central Europeo (BCE) ha señalado que las recientes turbulencias ponen de manifiesto la necesidad de que los supervisores hagan autocrítica, pero también de que las entidad sean capaces de identificar los riesgos antes de que se materialicen porque, como regla general, los bancos con una sólida gestión de riesgos y gobernanza, “no quiebran”.
“Los bancos bien administrados, en otras palabras, los bancos con una sólida gestión de riesgos y gobernanza, no quiebran. En un entorno macro en el que los inversores y los depositantes tienen aversión al riesgo, los bancos bien gestionados pueden ser islas de estabilidad”, ha afirmado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE.
En una conferencia en Washington, organizada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el italiano ha defendido la importancia de poner el foco en las entidades para que estas no dependan del supervisor a la hora de identificar los riesgos antes de que se materialicen.
Enria ha señalado que, en las quiebras bancarias recientes, en la mayoría de los casos se aprecian fallos en la gestión de riesgos, como el riesgo de tasa de interés, el riesgo de liquidez y el riesgo de crédito de la contraparte, lo que acaba degradando la gobernanza.
De esta manera, si bien existe una narrativa predominante de que las turbulencias fueron causadas por el ajuste brusco al nuevo régimen de la política monetaria, lo que fue sin duda un detonante para el colapso del SVB y, en cierta medida, para los demás bancos regionales estadounidense, para Enria el desencadenante no es necesariamente la causa subyacente.
En este sentido, ha asegurado que la situación en Credit Suisse apunta a una debilidad común subyacente más importante, como la gestión de riesgos y la gobernanza, algo que también era cierto para SVB.
“El tema unificador en estos casos es que los mercados identificaron a los bancos como atípicos”, ha indicado en referencia a la inadecuada gestión de los riesgos y la incapacidad de los directivos de identificar los problemas de manera oportuna para implementar rápidamente remedios. “La gobernanza estaba en la raíz del problema”, ha apostillado.
“Claramente, esto no es un fenómeno nuevo. Los bancos que quebraron en 2008 fueron los que estaban mal administrados”, ha recordado el presidente del MUS, para quien Lehman Brothers representa un manual de fallos en la gestión de riesgos y en el gobierno corporativo.
Por el contrario, ha defendido que los bancos que administran bien sus riesgos están mejor preparados para enfrentar una variedad de circunstancias adversas, ya que su apetito por el riesgo está sujeto a un escrutinio y control más estrictos en todos los niveles de la organización.
A este respecto, el italiano ha instado a fomentar en los directorios de las entidades una cultura de transparencia y desafío constructivo para garantizar que el perfil de riesgo de los bancos se mantenga consistente con el apetito por el riesgo.
“Corresponde a las juntas supervisar y cuestionar el trabajo de los ejecutivos y las funciones de control como la gestión de riesgos y el cumplimiento”, ha afirmando, subrayando la importancia de que estos órganos tengan la combinación correcta de miembros, con diversidad de perspectivas, experiencias y conocimientos.