Aprecia “señales incipientes” de deterioro de la calidad de los activos, que pueden requerir mayores provisiones de la banca
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Los riesgos para la estabilidad financiera en la zona del euro han aumentado en un contexto de subida de los precios de la energía, inflación elevada y bajo crecimiento económico, que hace más probable una recesión técnica, al mismo tiempo que las condiciones financieras se han endurecido a medida que los bancos centrales actúan para controlar la inflación, según advierte el Banco Central Europeo (BCE) en su informe ‘Evaluación de la Estabilidad Financiera’ de noviembre de 2022.
“Las personas y las empresas ya están sintiendo el impacto del aumento de la inflación y la desaceleración de la actividad económica”, ha señalado el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. “Nuestra evaluación es que los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado, mientras que una recesión técnica en la zona del euro se ha vuelto más probable”, ha añadido.
En su análisis, el BCE destaca que la evolución reciente está aumentando la vulnerabilidad de los hogares, las empresas y los gobiernos que tienen más deuda, a las que también se suman las tensiones de los mercados financieros, que ponen a prueba la resiliencia de los fondos de inversión, añadiendo que “todas estas vulnerabilidades podrían desarrollarse simultáneamente, reforzándose potencialmente entre sí”.
De este modo, los mayores costes de la energía y otros insumos han incrementado los retos para las empresas, cuyas ganancias pueden verse lastradas a medida que aumentan los costes de financiación y si las perspectivas se deterioran aún más, “no se puede excluir un aumento en la frecuencia de los incumplimientos corporativos”, en particular entre empresas con un uso intensivo de energía.
En cuanto a los hogares, el BCE advierte de que la inflación, así como el aumento vertiginoso de las facturas de gas y electricidad, también está disminuyendo su poder adquisitivo y reduciendo potencialmente su capacidad para pagar los préstamos, con particular incidencia en las familias de bajos ingresos.
“Dado que a las empresas y los hogares les resulta cada vez más difícil pagar el servicio de sus deudas, los bancos podrían enfrentarse a mayores pérdidas crediticias a medio plazo”, señala el BCE, que “señales incipientes” de deterioro de la calidad de los activos, que pueden requerir mayores provisiones.
De esta manera, a pesar de que el sistema bancario de la zona euro en general está bien situado para hacer frente a muchos riesgos, el BCE considera que, dado el deterioro de las perspectivas económicas y financieras, las políticas macroprudenciales específicas, como los colchones de capital, pueden ayudar a fortalecer aún más la resiliencia del sistema financiero.
“Se necesita un progreso urgente en los marcos regulatorios para mejorar la resiliencia del sector, especialmente para abordar los desajustes de liquidez y el apalancamiento”, advierte.