El Banco de Rusia ha decidido mantener los tipos de interés en el 20%, nivel al que elevó el precio del dinero en una reunión de emergencia el pasado 28 de febrero tras la invasión de Ucrania, con el fin de mantener la estabilidad financiera y evitar aumentos de precios descontrolados en la fase de transformación estructural “a gran escala” que afronta la economía rusa.
“La economía rusa está entrando en la fase de una transformación estructural a gran escala, que estará acompañada por un período temporal pero inevitable de aumento de la inflación, relacionado principalmente con los ajustes de los precios relativos en una amplia gama de bienes y servicios”, ha señalado la institución, que confía en una adaptación gradual de la economía a las nuevas condiciones y un retorno de la inflación al 4% para 2024.
En este sentido, el banco central ruso reconoce un deterioro de la situación en la economía rusa, con empresas de muchas industrias atravesando dificultades logísticas y de producción en medio de las restricciones comerciales y financieras impuestas al país, así como un fuerte aumento de la incertidumbre que pesa mucho sobre la confianza y las expectativas de hogares y empresas.
Según estimaciones del Banco de Rusia, el PIB de Rusia se contraerá en los próximos trimestres, debido principalmente factores del lado de la oferta, lo que producirá un efecto desinflacionario limitado.
Asimismo, la institución advierte de que los riesgos proinflacionarios se han incrementado considerablemente y ahora prevalecen en todo el horizonte de su proyección.