MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, considera que no es necesario ampliar de 30.000 a 38.000 euros el umbral para acogerse al Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios en riego de vulnerabilidad.
En un almuerzo organizado por la Asociación de Mercados Financieros (AMF), Hernández de Cos ha recordado su valoración positiva del acuerdo que se alcanzó en noviembre del año pasado entre el Gobierno y la banca de medidas que aliviasen la carga hipotecaria ante la rápida subida de tipos de interés.
“Creíamos entonces que era un ejercicio muy difícil lograr: por un lado, garantizar la estabilidad financiera y, por otra parte, al mismo tiempo, lograr alinear de alguna medida los pagos de intereses y del principal que se estaba produciendo en las hipotecas de tipo variable”, ha señalado.
Desde entonces, el Banco de España ha valorado y cuantificado el impacto de esta medida y sobre la estabilidad financiera y ha señalado que los efectos podían ser “asumibles” por parte de las entidades.
“Lo que hemos observado, por los datos que han proporcionado las entidades y que hemos publicado, es que el uso [de las medidas] está siendo todavía limitado, porque la economía ha ido razonablemente bien. Creo que todos nos hemos sorprendido de la resiliencia, en particular del mercado de trabajo”, ha sostenido.
Así, y teniendo en cuenta un escenario central en el que la economía se sigue desacelerando, pero que podría recuperarse en 2024, el Banco de España no ve necesidad de hacer una modificación de los códigos, lo que no implica que el supervisor no realice un seguimiento “permanente” de las circunstancias económicas, de la reducción del empleo, de la vulnerabilidad de las familias, etc.
Sobre las peticiones que le hace al nuevo Gobierno conformado por PSOE y Sumar, ha indicado que el informe anual del Banco de España es una “buena guía para cualquier gobierno”, donde se incluye que la prioridad tiene que ser la reducción de los desequilibrios fiscales, tras la política expansiva aplicada durante la pandemia que ha elevado los niveles de endeudamiento público.
“Creemos que la prioridad de política económica tiene que pasar por esa reducción gradual, progresiva, de los desequilibros estructurales”, ha indicado, antes de recordar que las dificultades a las que se ha enfrentado la economía española son la baja productividad y la mala evolución del mercado de trabajo.
“Creo que seguir un paquete de reformas ambicioso debe ser ahora mismo una absoluta prioridad. Sigo pensando además que las reformas son de tal carácter que si queremos que duren en el tiempo deben hacerse con un consenso de las principales fuerzas políticas”, ha señalado.
IMPUESTO A LA BANCA Y BAJADA DE TIPOS
Sobre el impuesto extraordinario a la banca, ha señalado, en línea con la visión del Banco Central Europeo (BCE), la prioridad de analizar las consecuencias para la estabilidad del sistema financiero de prorrogar este gravamen de manera indefinida y analizar las consecuencias para la transmisión de la política monetaria.
Además, se ha mostrado partidario de que el dinero que las entidades destinan al impuesto se quede en el balance de los bancos para aumentar las reservas que tienen para hacer frente a las circunstancias adversas que pueden producirse en el futuro.
Asimismo, ha considerado “prematuro” hablar de posibles reducciones de tipos de interés por parte del BCE. “La valoración que hacemos es que el actual nivel de tipos de interés [del 4% en el caso de la facilidad de depósitos], mantenido durante el tiempo suficientemente largo, debería ser suficiente para alcanzar el objetivo de inflación del 2% en el medio plazo”, ha afirmado.
EURO DIGITAL
En su discurso, el gobernador del Banco de España ha realizado un repaso a las últimas novedades sobre el desarrollo del euro digital, recordando, en primer lugar, que las motivaciones para ello son utilizar la divisa como un “complemento” al efectivo; como fomento de la innovación y la eficiencia del sistema de pagos europeo, y para salvaguardar la autonomía estratégica y soberanía monetaria de la región.
Sobre las características del euro digital, ha señalado que se concibe como una forma digital de efectivo que podría emplearse para efectuar pagos en toda el área del euro. Sería de acceso generalizado, gratuito para las operaciones básicas (como la apertura de cuenta, los pagos o la gestión del instrumento de pago) y fácil de utilizar a través del móvil o mediante una tarjeta.
Estaría, además, disponible para los pagos más habituales (entre particulares, en comercio físico y en comercio online, incluyendo lospagos hacia y desde las administraciones públicas) e incluiría una modalidad ‘offline’. “Esta permitiría efectuar operaciones sin necesidad de conexión y con un elevado nivel de privacidad”, ha explicado De Cos.
El abono de los pagos sería inmediato, a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, e incorporaría funcionalidades de carga y reintegro automáticos que facilitarían el control de gastos.
Sobre el impacto sobre las entidades financieras, De Cos ha señalado que la expectativa del Eurosistema es que el euro digital sea distribuido por los proveedores de servicios de pago sujetos a regulación, puesto que las entidades están “mucho mejor posicionadas” que los bancos centrales para gestionar las relaciones con los clientes. “Serían las más indicadas para ocuparse de su alta en el ecosistema, proporcionar el instrumento de pago y canalizar las órdenes de pago hacia la plataforma de liquidación del Eurosistema”, ha avanzado.
De esta forma, el objetivo sería replicar en la medida de lo posible la distribución de tareas que ya existe en el mercado de pagos actualmente. Esto, además, supondría que las entidades mantuvieran sin cambios su relación con los clientes, quienes podrían, incluso, consultar y operar con el euro digital a través de su banca online.
En cuanto a la inquietud que tienen las entidades de un posible trasvase de depósitos hacia el euro digital, De Cos ha afirmado que se trata de una preocupación que comparten también los bancos centrales. Por ello, el Eurosistema ha analizado distintas herramientas que permitirían minimizar dicho impacto y aboga por la fijación de límites máximos a la tenencia de saldos de euros digitales.
Sin embargo, ha señalado que todavía no están decididos esos límites, puesto que se trata de una cuestión que se abordará “tras un intenso análisis y tomando en consideración las condiciones económicas” del área del euro en el momento en que el euro digital fuera a emitirse.
“Conscientes, por otra parte, de que la fijación de límites podría restar usabilidad al euro digital, sería necesario dotarle de una serie de funcionalidades que permitirían, por un lado, que ningún pago se rechazase por superar el límite y, por otro, que se pudieran efectuar operaciones por un importe superior al saldo máximo”, ha señalado.
En este sentido, se ha referido a los procesos de “cascada” y “cascada inversa”. “La cascada posibilitaría que un usuario recibiera un pago en euros digitales cuyo importe le hiciese superar el saldo máximo. Gracias a esta funcionalidad (cuya activación sería, en cualquier caso, voluntaria), la desviación sería puntual, ya que se produciría inmediatamente el traspaso automático del exceso de saldo a una cuenta de pago vinculada”, ha explicado.