Hernández de Cos defiende que la incorporación de los funcionarios y los pensionistas a dicho pacto “lo haría mucho más potente y eficaz”
MÁLAGA, 10 (EUROPA PRESS)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha alertado de “señales de agotamiento” en el pacto de rentas entre el sector público y privado, que defiende actualizar para no entrar en una espiral inflacionista que derive en una pérdida de competitividad de la economía española.
Así, ha hablado de “un deterioro de la relación”. En el caso de los salarios, han aumentado las cláusulas de salvaguarda de los convenios colectivos, pasando de un 17% en 2021 a un 45% en lo que va de año. Además se prevé que para el 2023, el 50% de los convenios colectivos incluyan esta cláusula, “y eso lo vemos síntoma de agotamiento”, ha dicho.
A ello ha sumado el deterioro del bienestar de los ciudadanos ante el aumento de los precios energéticos y de alimentos, que suponen hasta un 85% del origen de la inflación, y que redundan en los precios finales de los productos. Ante esto, ha incidido en la necesidad de un acuerdo entre empresarios y trabajadores para hacer un reparto equitativo de esa pérdida de bienestar “que evite la espiral de inflación”.
Por esto, durante una conferencia en la Universidad de Málaga (UMA), en el marco del 50 aniversario de la institución académica malagueña, De Cos ha insistido en la necesidad de abordar un pacto de rentas en el que se incorpore el sector público, que consideran “muy importante”. En este aspecto, ha defendido que la incorporación de los funcionarios y los pensionistas a dicho pacto “lo haría mucho más potente y eficaz”.
Para el gobernador del Banco de España, esto iría en la línea de apoyo a los colectivos más vulnerables, que es en lo que cree que debe centrarse ahora la política presupuestaria.
Así, y tras valorar la política fiscal expansiva –“obligada y justificada”– durante la crisis sanitaria de la pandemia, en la crisis inflacionista que vive ahora España, la política presupuestaria “tiene que jugar un papel más limitado” y “focalizarse en apoyar a los colectivos más vulnerables”, como en los hogares y en las empresas que más estén sufriendo la crisis energética; y hacerlo de manera temporal para no aumentar el déficit estructural, ha explicado.
En paralelo a esta política, ha abogado por trabajar en un plan de consolidación fiscal plurianual para su ejecución una vez superados los efectos económicos de la pandemia y de la guerra en Ucrania. El mismo, debería contar con un amplio consenso político, y acompañarse de una revisión de la eficiencia del gasto público y del sistema impositivo e incorporar a todos los niveles de las Administraciones Públicas.
Con ello, “se generaría mayor certidumbre y confianza”, algo que, para De Cos, resulta “particularmente relevante” en su idea de normalizar la política monetaria para que sea posible mantener la inflación en el 2% a medio plazo. De hecho, ha detallado que las actuaciones monetarias se han basado en eliminar programas de compras que se hicieron necesarios con la pandemia pero que ante la inflación “no tienen sentido”.
Durante su conferencia ‘Las perspectivas de la economía española en un contexto de elevada inflación y de guerra en Europa’, De Cos ha abordado la situación económica actual, condicionada por la inflación, la guerra en Ucrania y la consiguiente desaceleración económica.
De hecho, ha hablado de un episodio inflacionista mundial “sin precedentes en varias décadas” y “muy persistente”, con la inflación por encima del 2% prácticamente desde 2010, y cuyo origen fija en un 80-85% en los efectos derivados del incremento del coste de la energía y los alimentos. Así, el origen de la inflación en España tiene esencialmente un componente de oferta, al contrario que Estados Unidos.
Ante la invasión de Rusia a Ucrania, ha destacado los “éxitos” en la reducción de la dependencia de las fuentes energéticas rusas. En un contexto de desabastecimiento completo, ha explicado que el impacto económico en España derivará del daño que cause a los países de la eurozona más dependientes de la energía rusa, como Alemania o Italia.
Estos dos aspectos, que son factores geopolíticos externos, hacen que las previsiones macroeconómicas estén sometidas a una “extraordinaria incertidumbre” porque “cómo evolucione la inflación va a depender de las perturbaciones que lleguen” y que pueden provocar efectos de segunda ronda que, como ha asegurado, “todavía no se están produciendo”, pero sí que vendrían a motivar esa espiral inflacionista.
Por ello, ha considerado que es el momento de que las autoridades doten de provisiones y capital al sector bancario; además de afrontar los retos desde una respuesta europea mayor. “Más Europa es la respuesta adecuada. Cómo afrontamos los problemas de desabastecimiento o cómo afrontamos el incremento del gasto público para apoyar a los más vulnerables, todo eso es más eficiente si lo hacemos de manera más mancomunada”.