Da por superada la crisis en 2022 en términos de PIB, cuando España alcanzará niveles precovid, pero retrasa a 2023 la recuperación del empleo.
El Banco de España ha elevado su previsión de crecimiento de la economía española al 6,3% para este año, una décimas más que en sus anteriores estimaciones de junio, y prevé que aumentará un 5,9% en 2022, también una décima más respecto a la previsión anterior. Para 2023, prevé un crecimiento del 2%, dos décimas más.
De acuerdo con el Informe Trimestral de la Economía Española publicado este martes, la economía española alcanzaría el nivel de PIB previo a la crisis en el transcurso de 2022, lo que supone cierta mejora respecto a las previsiones de junio, que situaba esta recuperación en el último tramo de 2022. Además, prevé que el PIB a finales de 2023 se situará 2,5 puntos por encima del nivel que tenía antes de la crisis.
El organismo ha explicado que la implementación de los proyectos asociados al ‘Next Generation EU’ tendrá lugar con un cierto retraso frente a las proyecciones de junio, lo que provocará que el impacto expansivo estimado sea ahora algo mayor en 2022 y 2023, a expensas de unos menores efectos en 2021.
Desde el punto de vista de la composición de la demanda agregada, la recuperación proyectada descansará principalmente sobre el componente nacional, aunque se prevé que, más allá del corto plazo, el sector exterior realice también una contribución positiva al crecimiento del PIB.
CRECIMIENTO PERO A UN RITMO MÁS MODERADO
Se espera que el PIB experimente en el tercer trimestre del año un nivel similar al registrado en el segundo. En concreto, las estimaciones indican que podría ascender a un 2,7% en tasa intertrimestral en el escenario central de estas proyecciones.
No obstante, la incertidumbre en torno a esta estimación es “muy elevada”, puesto que la información cuantitativa referida a los meses de verano es todavía relativamente escasa y existen dudas acerca de la magnitud de la contribución al crecimiento económico que podrían haber realizado los proyectos vinculados al programa Next Generation EU (NGEU), dadas “las limitaciones de la información disponible al respecto”.
“Lo que estamos viendo nos hace ser relativamente positivos con respecto a la marcha a corto plazo de la economía en este tercer trimestre del año aunque es verdad que también vemos indicios que apuntan a una cierta moderación de este ritmo de recuperación en los próximos meses”, ha señalado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce.
LA TASA DE PARO VOLVERÁ A NIVELES PREPANDEMIA A MEDIADOS DE 2023
En cuanto a las estimaciones sobre la tasa de paro, el Banco de España también ha mejorado sus estimaciones y prevé que se situará en el 15,1% este año, por debajo del 15,6% estimado previamente, mientras que bajaría al 14,3% en 2022 y al 13,3% en 2023.
“Este comportamiento expansivo del empleo permitirá que, a pesar del ligero repunte de la población activa, la tasa de paro presente un perfil descendente a lo largo del horizonte de proyección, hasta situarse por debajo de los niveles previos a la pandemia a partir de mediados de 2023”, ha señalado el organismo, que retrasa unos meses esta recuperación de la tasa de paro, que preveía que se produjese desde finales de 2022 en las proyecciones del mes de junio.
MEJORES PERSPECTIVAS PARA EL DÉFICIT Y LA DEUDA
De su lado, el organismo también mejora sus estimaciones de ingresos y gastos, ya que el déficit público quedará este año en el 7,6% del PIB, frente al 8,2% previamente estimado, y se estabilizará en torno al 4,3% en 2022 y al 3,5% en 2023. Esta mejora es resultado de la evolución macro y de ejecución, ya que tanto los ingresos como gasto dirección de producir menos déficit, según ha explicado Arce.
De su lado, la deuda no superará el 120% del PIB este año, tal y como había previsto anteriormente, sino que se situará en el 117,9% a final de 2021, mientras que bajará al 114,3% en 2022 y se mantendrá en ese mismo nivel en el 2023.
En cuanto al IAPC excluidos los componentes de energía y de alimentos, se prevé que se sitúe en el 0,3% en 2021, al 1% en 2022 y al 1,4% en 2023. En términos de la inflación general, esa tasa sería del 2,1 en 2021 y del 1,7% en 2022 y 1,3% en 2023.
MENOR IMPACTO DE LOS FONDOS EUROPEOS ESTE AÑO POR LOS RETRASOS
Las proyecciones incorporan la extensión de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta el 31 de diciembre, que aún no está aprobada pero cuenta con el apoyo de los agentes sociales, así como de la aprobación definitiva por parte del Ecofin del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) español.
Sobre esto último, el organismo considera que la absorción de los fondos del PRTR habría sido “relativamente modesta hasta la fecha”. Por eso, ante los retardos habituales entre la aprobación de los concursos para la realización de inversiones públicas y la materialización del gasto, el organismo ha revisado el calendario de absorción, de modo que se asume ahora que una parte de la misma tiene lugar de forma algo más tardía.
En concreto, el gasto incorporado ahora en las proyecciones para 2021 tendría un impacto esperado sobre el PIB de este año de 0,6 puntos porcentuales, cuatro décimas menos de lo considerado en las proyecciones anteriores, mientras que los efectos estimados sobre el producto de la economía a lo largo del resto del horizonte de proyección se elevarían en esa misma cuantía.
INCERTIDUMBRES: AHORRO DE LOS HOGARES, TURISMO E INFLACIÓN
Aunque las incertidumbres no se han disipado del todo, su significativa disminución ha conducido a la decisión del Banco de España de presentar un único escenario, frente a los tres que exponían en anteriores previsiones (favorable, central y adverso).
No obstante, el organismo ha advertido de que no es posible descartar por completo una evolución epidemiológica “más adversa” que la asumida en las actuales proyecciones.
Además, ha avisado de que existe una “notable incertidumbre” sobre las decisiones de gasto de los hogares, que afecta al consumo privado, ante la acumulación por parte de los hogares de una cuantiosa bolsa de ahorro. Las proyecciones asumen que los hogares recurrirán solo de forma parcial a este elevado volumen de ahorro acumulado con el fin de financiar gasto corriente y ante un posible incremento de impuestos en el futuro.
También existe cierta incertidumbre sobre las exportaciones de turismo, que han evolucionado algo peor de lo esperado en el tercer trimestre. Bajo las actuales proyecciones, aunque los flujos de turismo receptor presentarán una senda de recuperación a lo largo del horizonte de proyección, no se aproximarían a una normalización casi completa hasta 2022, y no recuperarían los niveles previos a la crisis hasta finales de 2023.
SECUELAS “LIMITADAS” UNA VEZ RESUELTA LA CRISIS
La incertidumbre es asimismo elevada en relación con las secuelas que, incluso una vez resuelta la crisis sanitaria, esta dejará sobre la economía. Bajo las proyecciones presentadas se asume que las políticas desplegadas desde el inicio de la crisis permitirán que los daños causados por la crisis al tejido productivo y laboral en términos de destrucción de empresas y aumento del desempleo de larga duración tengan un efecto “relativamente limitado” sobre la economía.
“La crisis va a dejar cicatrices y heridas y una de ellas va a ser la desigualdad”, ha advertido, no obstante, el director general de Economía y Estadística del Banco de España.
Existen además distintos aspectos de la ejecución del programa NGEU que constituyen fuentes de incertidumbre para el desarrollo de la actividad económica, y también el organismo ha advertido sobre la posibilidad de que el repunte de las presiones inflacionistas tenga un carácter “más persistente”.